Por telepatía entrevisté al ángel de la guarda del presidente Santos:
-  ¿Ángel, tres años después, rico el poder?
-  Juanma gateó en tapete cebra. Nació para mandar. Le gusta más el poder que comer con los dedos. Vamos “a” por la reelección.
-  ¿“Vamos” no es mucha gente?
-  Sin mí, Tutina, su mujer, Vargas Lleras, Gabriel Silva, Mesa, Otto Gutiérrez y demás afiles, Santos no daría un brinco.
-  ¿Tengo entendido que Santos coqueteó con el ateísmo?
-  Todos fuimos inmortales, jóvenes, jipis y escépticos. En el país del Sagrado Corazón los ateos no son de buen recibo. Tocaba dar la vueltacanela teológica.
-  ¡Y no se paró en pelos para trepar! A Uribe le puso conejo.
-  Los Santos y los jugadores de póquer somos así. Ya lo dije en la entrevista para mi Universidad de Kansas: a veces hay que pasar por encima del que sea. Pragmatismo ante todo. Sorry.
-  Pero él no ha dicho que será candidato…
-  Confundes el póquer con el tejo. Aprende a leer en los labios de un político, menso. Se sacan el chicharrón de la boca para mentir.
-  Más respetico o lo sapeo ante tu jefe.
-  Parcerito, los de arriba no respetamos pinta. Juanma acaba de avalar el calificativo de “loco” para afrijolárselo a quien lo tiene sin pagar arriendo. Patea la lonchera sin inmutarse.
-  Dice Santos que es de reír la aspiración presidencial de su primo Francisco.
-  Juanma es Juanma y Pachito es Pachito.
-  En su momento también era de reír una candidatura de Juan Manuel…
-  El último que ríe...
-  Tuvieron que recular en lo de Venezuela.
-  ¿Cómo dice que dijo, joven?
-  Que prometieron no volver a recibir jamás a la oposición venezolana en Palacio.
-  Nos deben muchos dólares, la frontera estornuda y se resfría la economía. Nos sobra el papel higiénico, nuestras gallinas ponen huevos sin mirar quién se los va a comer. Hay que ser prácticos.
-  De pronto ve a uno a Santos de regreso al uribismo, por ejemplo, en la forma de encarar los últimos paros. Mucho pulso firme.
-  Creí que nadie se había dado cuenta de que a veces, sin querer queriendo como diría el Chapulín Colorado, nos copiamos del antecesor al que dejamos viendo un chispero.
-  ¿Y de La Habana qué?
-  Respondo con una frase de exquisito cajón: nos merecemos la paz.
-  ¿Qué pasa en la intimidad de la Casa Privada “cuando el músculo duerme y la ambición descansa”?
-  Por reglamento, los ángeles de la guarda salimos pitados del cuarto. Respetamos la intimidad del cliente. Queda el recurso infame del ojo de la cerradura pero el voyerismo nos está vedado. Además, pecar con las ganas ajenas no va con mi talante. Cambio y fuera. (www.oscardominguezgiraldo.com)