Andrés Hurtado

A la entrada de la Escuela de Teología vimos dos niños monjes jugando bolitas. Rapada la cabeza y vestidos de rojo granate, sin mangas y con sandalias, me parecieron graciosos, acostumbrados como estamos a ver monjes adultos. Y en uno de los corredores dos monjes jóvenes, de quizás unos 15 años, oían música en audífonos. También me pareció curioso. Recordé la situación más inesperada para mí, cuando en Kathmandu, la capital de Nepal, en la famosa stupa de Suayambunath vi a dos monjes jóvenes, de tal vez 18 años, que llevaban sendas cocacolas, sendos pares de tenis de última moda con la lengüeta fuera y sendos transistores en los que sonaba música rock. Esto sí era ya lo último para mí en situación semejante y con tales actores. Bueno, sí, tengo otra experiencia. En la calle que da la vuelta completa al templo de Jokhang, el templo más famoso de Lhasa después del Potala, fotografié a dos monjes que peleaban en la calle. Su espectáculo duró más de 10 minutos. Realmente no supe si peleaban o jugaban, pero duro sí se daban y se tiraban de las rojas sotanas.
Volvamos a Bután. Camino del almuerzo al centro de la ciudad, fotografiamos a dos monjes, lindos. Tendría cada uno 7 años. A lo largo de mi viaje por este paraíso fui anotando unas 40 diferencias entre lo de allá y lo de acá. Y así, con este artículo neutro, con el "lo", resumo todo lo referente a costumbres, religión, política y todo lo posible. Todo lo de allá es totalmente diferente a todo lo de acá, del mundo que llamamos civilizado, occidental. Por ejemplo, las fotografías a personas. Debo reconocer que en este terreno soy muy respetuoso, casi tímido. Me cuesta mucho hacer fotos a personas sin contar con su consentimiento. Yo le decía a mi guía: ¿le puedo hacer fotos a esta persona? Y me decía que sí. ¿Pero no tengo que pedir permiso? No, hágale. De todos modos solicitaba el permiso. Luego de hecha la foto la persona muy amablemente me agradecía, y no es que yo le estuviera diciendo que le iba a mandar la foto. El guía me decía que la persona fotografiada se siente halagada al pensar que el fotógrafo le hace una foto porque reconoce que la persona es hermosa, o maravillosa o digna de ser fotografiada como persona valiosa. Y yo pensaba qué pasa en Colombia si el fotógrafo se planta frente a una persona en la calle y le hace una foto sin permiso. Lo mínimo que se gana es una mentada de madre.
Después de almuerzo me llevaron a conocer el takin. Pero antes, hablemos de comidas. Parecería que aquí se comen cuantas yerbas crecen por doquiera. No pude identificar la variedad de vegetales que comí. La base de la alimentación es el arroz y las verduras. Hay una variedad de arroz rojo. Se trata, pues, de una comida sana, aunque no le puede sacar el gusto a toda por la falta de costumbre
Los tienen encerrados en un inmenso parque natural de modo que prácticamente están en libertad. Se trata de los takines. Los hay machos, hembras y crías. El takín es el animal emblemático de Bután. Se lo encuentra entre los 1.900 y los 4.200 metros en Bután y del otro lado de la frontera, en una parte pequeña de China. Bután se trascribe también como Bhután, con "hache" intermedia. De lejos parece o bien un carnero o una vaca. Es un mamífero artiodáctilo de patas cortas y cuerpo robusto; tiene 130 centímetros de alzada y pesa 350 kilos. El nombre científico es Budorkastaxicolor. Dicen que cuando Jasón y sus argonautas marcharon en pos del vellocino de oro, era precisamente este animal el que andaban buscando.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015