Mario Cesar Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Sin dramatizar, la derrota ante Envigado fue un campanazo. Por más que las cosas estén bien, que perder haga parte de la competencia, y que los invictos a veces sean una carga emocional innecesaria, en el Once Caldas hay todavía mucho por hacer.
El equipo está en construcción, dentro del armado hay piezas que requieren mayor engranaje, y potencializar el producido final requiere tiempo, con la ventaja de que se anduvo derecho desde el principio, con una campaña esperanzadora.
Además del reconocimiento que ha obtenido el técnico Flabio Torres, quien sin un recorrido amplio en años, sí suficiente en resultados para generar un impacto innovador, temprano se ganó la confianza de sus dirigidos, y del entorno en general.
En el campo se notan principios tácticos de rápida aplicación asimilados ya por el grupo, obediencia y respeto hacia el banco, y fortalezas explotadas, particularmente las que tienen que ver con la dinámica en la salida por los costados, y el funcionamiento defensivo.
Falta asegurar más la pelota, tenerla, sacarla limpia desde la primera zona de volantes, encontrar el acompañante de Patricio Pérez que debe ser Daniel Hernández, quien merece más continuidad, y variables en la fórmulas de ataque.
Arriba se tienen limitantes, el Once Caldas finaliza casi siempre con remates de Izquierdo en media distancia, con la fortuna de que está en racha y todo le entra, y con la caída del argentino Pérez por el centro, no siendo un clásico definidor.
Culma no brinda todavía las garantías como titular intocable, Palacios es una promesa lejana, Arias parece cuajar, costándole demasiado, y de Edwards se sabe que marca, sin ser el gran goleador, con esa rara debilidad de caerse al menor contacto con el rival.
Un mérito más para valorar el rendimiento ofensivo, pues se han marcado 13 goles en lo que va de campeonato, con un planteamiento que alimenta opciones permanentemente, lo que por supuesto lo pone más cerca de la victoria.
Pero todo esto se sabía, siendo preferible valorar el progreso futbolístico, a lo que se añade el grado de seguridad que brinda la propuesta, anclada sobre repeticiones y labor de semana, indicando que se va por el camino correcto.
Ya en los círculos deportivos se menciona un Once Caldas de buen trato al balón, que juega con sorpresa, y de hecho representa ganancia frente a la pálida imagen del pasado, así en los dos últimos torneos se haya clasificado, sin protagonismo en los cuadrangulares.
La caída ante Envigado deja ver también la irregularidad del certamen, pues a ellos les sirvió para ingresar al grupo de los 8 pese a su mal comienzo, y al equipo de Flabio lo privó de ser líder, posición que hubiese ostentado con una victoria en el Polideportivo Sur.
Metas parciales que satisfacen, que no son el objetivo inmediato que está en seguir madurando el nivel de juego, consolidar el dibujo estratégico, y llegar a la semifinal, tratando de optimizar el rendimiento personal conscientes de que hay necesidades, y que no se pueden dar ventajas.
Los 15 puntos hasta ahora entrando apenas a la mitad de la liga, y con escaso mes y medio por disputarse de la ronda inicial, proyectan un halagüeño remate, con el agregado de que los rivales de más categoría, caso Nacional, Santa fe y Junior, tendrán que venir al Palogrande.
P.D. Una lástima que a 100 días del mundial, el técnico Pékerman haya dejado por fuera de la convocatoria para el amistoso del miércoles contra Túnez al manizaleño Elkin Soto, pues la señal es que no lo incluirá en la lista de los 23 que atenderán el compromiso Brasil 2014.
Hasta la próxima…
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