Pienso que esta fue una de las siete palabras que el viernes santo más pronunciaron muchos colombianos en la pasada semana, especialmente los yopaleños quienes llevan más de dos años sin servicio de acueducto. Es un absurdo que en pleno siglo XXI, este tipo de situaciones se den en nuestro país y especialmente en una capital de departamento.

Hay una frase que dice "no todo tiempo pasado fue mejor". Los seres humanos tenemos la tendencia de idealizar el pasado y considerar que antes las cosas eran mejores. Por estos días se están conmemorando los veinticinco años de la primera elección popular de alcaldes; sin embargo, aún con las dificultades que se han tenido en algunas ciudades con sus administraciones, sin lugar a dudas es mucho mejor este modelo que el que se tenía anteriormente, cuando los alcaldes eran nombrados por el gobernador de turno.

Por lo general, anteriormente se nombraba al alcalde que señalaba el jefe político del pueblo, y cuando por alguna razón éste le retiraba su respaldo, inmediatamente lo sacaban del puesto. Los alcaldes duraban poco tiempo en su puesto, de ahí la frase de "cada alcalde manda en su año", por lo que la continuidad de los programas se hacía muy difícil.

Definitivamente estoy de acuerdo con que los alcaldes sean elegidos popularmente, pero también estoy convencido de que el gobierno nacional tiene que estar más atento al desempeño de sus funciones. Hoy en día hay ciudades que necesitan urgentemente la asesoría del gobierno nacional. Una de ellas es Villavicencio, cuya población ha crecido casi exponencialmente y el municipio no ha tenido ninguna planeación. Pero sin lugar a dudas la bandera se la lleva Yopal.

El manejo del departamento de Casanare, cuya capital es Yopal, es de ¡no lo puedo creer! Departamento que tiene el ingreso por habitante más alto del país -$41 millones de pesos al año- (duplica al de Bogotá), recursos que provienen de su riqueza petrolera. Esta "bonanza" ha sido caldo de cultivo para que lleguen gobernantes con intenciones muy diferentes a las de gobernar el departamento, por lo que de los últimos siete gobernadores, seis no pudieron terminar sus períodos por decisiones disciplinarias.

En cuanto a lo que tiene que ver con el suministro de agua de Yopal, se dispone de los recursos para hacer el acueducto, pero no se tienen los diseños; además, la administración municipal ha rechazado cualquier colaboración por parte del gobierno nacional.

El país está demasiado atrasado en la prestación del servicio de agua potable. Se puede decir que gran parte del sector rural carece del suministro de agua o si lo tienen, la mayoría no es potable. Es increíble, por ejemplo, que municipios del departamento de Cundinamarca como La Mesa y Anapoima, que son sitios por excelencia de recreación y esparcimiento de los bogotanos, región donde inclusive se dice que tiene su finca de descanso el presidente Santos, no dispongan de servicio de acueducto. En esta zona lo que hacen los propietarios de las viviendas, cuyos valores superan ampliamente los mil millones de pesos, es tener un tanque de almacenamiento de agua que periódicamente es llenado por un vehículo repartidor de este servicio. Y si eso pasa en los sitios, donde supuestamente viven las personas de mayor capacidad económica e influyentes del país, qué diremos de aquellos lugares que no tienen dolientes.

El gobierno nacional está en mora de crear un organismo que esté atento a las dificultades que se están presentando en las regiones y que pueda acompañar a los gobernantes en su gestión. Una cosa es la actividad que hacen los entes de control y vigilancia, que se encargan de vigilar que no se pierda la plata o que los procedimientos se ajusten a los marcos legales, pero otra, que no es menos importante, es acompañar a los gobernantes para que, cuando por diferentes razones no puedan desarrollar los programas y proyectos que la comunidad necesita, los asesoren y acompañen en sus ejecuciones y así lograr un verdadero crecimiento y desarrollo de la población.