Esteban Jaramillo


Esteban Jaramillo
LA PATRIA | Manizales
En el ejercicio de libre opinión, cualquiera puede emitir un juicio sobre la conveniencia o no del retorno de Sachi Escobar al Once Caldas, argumentado en sus antecedentes, sus resultados o su condición de jefe de grupo.
Su paso anterior por el equipo no dejó huella rescatable, en especial, por su criterio en el manejo de situaciones difíciles, con exposición pública de los pecados de ciertos jugadores. Aún se recuerda su salida del club hace unos años por su obstinación en licenciar a Dayro, en el frenesí de sus desplantes. Falto quizás, cordura en el manejo.
Algo va de conocer el trabajo de un entrenador a evaluarlo en su condición personal. Sachi es un buen hombre, cargado de experiencia, de estilo elegante y fino comportamiento.
En la baraja de cinco candidatos analizados, Osorio llevaba por aprobación unánime la delantera, pero su negativa justificada en la seriedad de su vinculo con Nacional, dejó como única alternativa al Sachi, considerados como poco recomendables los restantes. En la lista figuraban entrenadores con antecedentes críticos en materia deportiva, con recientes y reconocidos fracasos.
Sirve esto como elemento ilustrativo, por encima de la conveniencia o no de su llegada, la que la junta directiva asume con la mejor intención, entre dudas de algunos aficionados. Sachi tiene ahora la palabra, en plan de revancha laboral, para darle vida con sus decisiones al proyecto futbolero, consciente de que el armado del equipo es tarea en extremo delicada, considerada la expectativa existente.
Debe saber que técnico sin buenos jugadores no funciona y que expuesto estará a la crítica, que lo mira de reojo en su retorno. Por ahora el ciclo de contrataciones se mantiene activo, con los anuncios de Herrera y Ceballos. Deberá tratar intensamente el medico Osorio al primero de ellos, para sacarle el provecho competitivo.
Juano… mi hermano
Anualmente LA PATRIA, con el torneo de fin de año, hace perdurar su recuerdo. 20 años se cumplen de su sentido fallecimiento cuando el oleaje asesino en la costa cartagenera se lo llevó de estos parajes. Juan Augusto, como lo testimoniamos tantos, en su breve viaje por el mundo del periodismo deportivo, en el que fue osado pero respetuoso, activo y creativo, espontáneo y amistoso, tiene recuerdos imborrables. Su vida fue frenética en los medios. Supo darle vida a la Copa LA PATRIA, que hoy perdura como estandarte del fútbol aficionado de Colombia. Con Juano, que grata y justa es la memoria.
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