Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Con buen regalo llegó la Navidad para los hinchas del Once Caldas, pues la vinculación de Flabio Torres ha provocado una reacción tan positiva entre la gente, que ya ni se protesta porque los refuerzos carezcan de trayectoria.
Hay el sentimiento generalizado de que el nuevo técnico es de esos que sacan el máximo provecho del recurso humano, y que con poco hace bastante, como lo demostró largamente en su paso por el Deportivo Pasto.
Las cifras lo dicen todo, en los últimos tres años disputó las finales de la B, de la Copa Postobón y de la Liga, y bajo su dirección en cuatro torneos Pasto nunca se quedó por fuera de los cuadrangulares, aparte de que compitió en una Suramericana.
Trabajo que desarrolló con grupos normales, en los que se notaba un elevado nivel individual, soportado con ordenamiento táctico, para una resultante exitosa, más allá de que hasta el momento no haya conseguido grandes títulos.
Camilo Pérez, Marino García, Ánderson Plata, Jaime Sierra, Fausto Obeso, César Arias y Marlon Piedrahíta están lejos de ser las superfiguras del fútbol colombiano, aunque todos compartimos que pueden sumar con el respaldo de lo que existe.
La salida de Guevara, Gómez, Puerta, Ceballos y Hungría estaba cantada, y en ese proceso de depuración, las decisiones parecen corresponder a un juicioso criterio competitivo. Y eso que debieron irse otros cuantos.
Total, la actual situación prevé una perspectiva favorable, el cambio de aire en el timón brinda la seguridad y la confianza que se había perdido con los malabares anteriores, y al menos de entrada se establece un ambiente de confraternidad saludable.
Lo que no obsta, y en esto los directivos y el mayor accionista deben comprender que están al frente de una empresa de fútbol, para que haya un esfuerzo por dos o tres jugadores de cartel que hagan más atractiva la propuesta, y sensibilicen al público.
Si bien tienen un técnico que sabe explotar la calidad de sus dirigidos, no es menos importante hallar nombres sugestivos que unidos a los de Patricio Pérez, Daniel Hernández y José Cuadrado, le den ese tinte especial que requiere este Once Caldas de Flabio.
Una justa inversión se traducirá en ingresos, y un andar seguro recuperará ese caudal de aficionados que se distrajo por inconformismo frente al cuerpo técnico anterior, o por la sencillez del espectáculo, o por lo poco motivador que resultaba el plantel.
No más lloriqueo, ni quejas lastimeras, y manos a la obra, que con el clima favorable que montaron con el cambio de estratega, las cartas están jugadas para empezar a construir en firme.
Que el verdadero impacto de Kenworth de la Montaña se sienta, porque no es cualquier patrocinador, superando la imagen cicatera, mendicante, y de bajo perfil que en ocasiones trata de vender, con políticas ambiciosas de mercadeo y en conformación de nómina.
Todo redundará en beneficio de ellos mismos, y de una plaza llamada a ser de las mejores en el menguado campeonato colombiano, que tiene público y estadio, y que ha recorrido ya el camino del éxito, y sabe como transitarlo.  
Pocas veces se da un grado de aceptación como el que alcanzó Flabio Torres, y antes de que empiece el desgaste, súrtanlo de fichas claves que lo demás vendrá por añadidura, y hay razones para creer.
P.D. Una vez más el agradecimiento sincero a las directivas de LA PATRIA por abrirnos este espacio, a los lectores por su fidelidad, a los hinchas que nos soportan y a los que no, deseándoles a todos una feliz Navidad.  Esta columna entra en receso por las festividades de fin de año, confiando en volver a mediados de enero, si Dios lo permite.
Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com

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Que el verdadero impacto de Kenworth de la Montaña se sienta, porque no es cualquier patrocinador, superando la imagen cicatera, mendicante, y de bajo perfil que en ocasiones trata de vender, con políticas ambiciosas de mercadeo y en conformación de nómina.