Qué podemos pensar los ciudadanos de las acciones en las últimas semanas de nuestros dirigentes, de nuestros políticos, de nuestros grandes empresarios. ¿Debemos seguir su ejemplo y, si lo hacemos, qué consecuencias tendría esto?

Tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia de entregarle parte de nuestro mar territorial a Nicaragua, desde el presidente Juan Manuel Santos para abajo - o sea ministros, senadores, jefes de la oposición, militares, empresarios... - han decidido rechazar el fallo. Vale la pena recordar que es inapelable y que es de un caso que el mismo Estado colombiano llevó en 1997 a la corte de La Haya. Ahora pateamos el tablero como malos perdedores y amenazamos con retirarnos del Pacto de Bogotá.

¿Qué le pasaría a un colombiano del común si no acata el fallo de un juez?

Esta semana hubo polémica por el caso del empresario vallecaucano Juan Carlos Varela Bellini, el exitoso ejecutivo y heredero de jabones Varela, que atropelló y mató con su Mercedes Benz a tres motociclistas. El joven aceptó los cargos, pero su abogado, el prestigioso Iván Cancino, busca que su cliente tenga casa por cárcel por menos de cuatro años e indemnice a los familiares de las víctimas - 17 en total - con 10 millones de pesos para cada uno. Cuando en La FM le preguntaron que si él consideraba que esto era una pena justa, sacó excusas y ese verbo de prestidigitador que tienen estos abogados para dejar a Varela Bellini bien parado.

¿Qué le pasaría a una colombiano del común si, borracho, atropella y mata a varias personas, y no cuenta con la asesoría legal de un Cancino o un Abelardo de la Espriella?

Con el enredado caso de Interbolsa, un autopréstamo con visos de ilegalidad, se descubrió que varios ricos del país tenían sus ahorros en paraísos fiscales para no pagar impuestos. Como muchos de ellos son "intocables" o de alto perfil, sus datos se manejan con confidencialidad. Hoy parece que lo perdieron todo, pero quién sabe cuánto tiempo estuvieron evadiendo sus responsabilidades fiscales.

¿Qué le pasa a un colombiano del común si evade impuestos? Como mínimo, sale reportado en Datacrédito (hoy Cifin).

Ahora, cómo se puede sentir el colombiano del común al saber que el Gobierno pretende aplicar una nueva alza en los impuestos y crear un tributo a las pensiones y las cesantías. Eso sí, los congresistas rechazaron que se gravara con la nueva tasa las pensiones altas, o sea, las de ellos.

Hasta donde sé, y la reciente historia nacional nos ha enseñado, quienes no acataban las órdenes y amenazaban a los jueces, quienes tenían su dinero en paraísos fiscales con la complicidad de personas prestantes, quienes solucionaban todo a punta de plata y quienes quisieron llegar al poder político para legislar a su favor, eran los mafiosos. Primero los contrabandistas, luego los narcotraficantes y hasta hace poco los narcoparamilitares. Pero este no es un Estado mafioso, o al menos así se quiere mostrar.

Estas irregularidades son presentadas como actos de soberanía, manejos legales o injusticias que hay que corregir y de las que se debe hacer caso omiso. Estos actos, venidos de estos personajes, pueden interpretarse como que dan carta blanca a los ciudadanos para la desobediencia.

Algún día un barquito pesquero desobediente cruzará la nueva frontera invisible del mar azul del archipiélago de San Andrés y entrará a aguas nicaragüenses, envalentonado por el discurso patriótico que se maneja por estos días. Una patrulla detendrá a los pescadores o, quizás, hunda el navío y a sus tripulantes con él. No habrá normatividad internacional y no habrá pactos porque los hemos ignorado. El Estado colombiano, si quiere y hace lo que se le viene en gana (como lo ha demostrado), se va a la guerra.

¿Que le pasaría a un colombiano del común si nos vamos a guerra? ¿Quienes se quedarían en sus casas viendo el conflicto por televisión, disfrutando de sus pensiones millonarias y con sus ahorros a salvo en las Islas Caimán?