Andrés Hurtado


Cuando se piensa en el Perú turístico, inmediatamente vienen a la memoria Machu Picchu y las Líneas de Nazca. De acuerdo, son dos manifestaciones gigantescas de las culturas antiguas del país, sin embargo el Perú turístico y cultural es muchísimo más, en cuanto a monumentos y vestigios se refiere. En este viaje visitamos varios de esos otros hitos importantes del pasado, ubicados en cercanías de Cusco y en el Valle Sagrado de los Incas. Comencemos por Qenqo o Kenko. Se encuentra a cinco minutos de Cusco por carretera asfaltada. Se trata de dos lugares distanciados por 350 metros que reciben el nombre de Qenqo Grande y Qenqo Chico, ambos a una altura de 3.500 metros sobre el nivel del mar.
La primera impresión que se tiene de Qenqo Grande, desde la carretera, sin todavía entrar en el recinto, es de un amontonamiento de grandes piedras. Ya dentro del recinto la impresión cambia. El visitante cree entrar a un lugar donde se debieron realizar ritos misteriosos. Los españoles llamaron al sitio Qenqo, que en lengua quechua significa laberinto, porque en efecto los hay en el recinto. Lo que primero se ve, porque está afuera, es una piedra enorme, de unos seis metros de altura, que se alza sobre una base rectangular. Adentro se visitan laberintos, canales en zigzag, cavernas y hoyos. Algunos investigadores creen que el lugar servía de depósito de la chicha utilizada en ritos sagrados. Descendiendo unas escaleras se llega a una cámara subterránea utilizada, según la opinión general, para ritos secretos, embalsamamiento de cadáveres y sacrificios humanos. A 350 metros en el Cerro El Socorro se encuentra Qenqo Chico, cuyo conjunto de piedras y de pasadizos abarca un área de 3.500 metros.
Muy cerca de Qenqo se encuentra otro vestigio incaico famoso, levantado todo al aire libre. Se trata de Puca Pucara, lugar que se encuentra a dos kilómetros de Qenqo y en la ruta de Cusco a Pisac. El sitio del emplazamiento es un roquedal abrupto en el que se debió trabajar intensamente para lograr la viabilidad del terreno para poder levantar construcciones. El conjunto muestra terrazas, acueductos, habitaciones, escalinatas y muros. Los arqueólogos e historiadores no se ponen de acuerdo; mientras unos opinan que este lugar estaba destinado a la escolta y bailarines que acompañaban al emperador cuando este iba a los baños de Tambomachay que quedan cerca. Todo el séquito permanecía en Puca Pucara mientras el emperador tomaba el baño. Otros sostienen que se trata de una fortificación que igual que Sacsayhuamán formaba parte del conjunto de construcciones que defendían a Cusco, la capital imperial. Lo que el visitante observa son tres muros y tres terrazas en las cuales hay habitaciones, unas de planta rectangular y alguna trapezoidal. Sea lo que sea, hospedaje de la escolta o fortificación, el lugar observado desde afuera sobresale por la simetría y ordenamiento arquitectónico, a diferencia de Qenqo, donde la primera impresión que tiene el visitante, como dijimos, es la de un conjunto de grandes piedras. Puca Pucara significa "Fortaleza roja", porque al atardecer las piedras se tiñen de ese color. La altura del lugar, igual que la del anterior, es de 3.500 metros sobre el nivel del mar. El siguiente conjunto monumental que visitamos fue el de Tambomachay, ubicado también a corta distancia de Puca Pucara.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015