John Harold Giraldo Herrera


John.giraldo.herrera@gmail.com
La reconocida historietista Marjane Satrapi, la misma de Persépolis (2007), ese viaje al Medio Oriente desde irán a una autobiografía más a las entrañas de ese país, nos comunica de nuevo con Teherán, en una historia que fue novela gráfica y ahora imágenes en movimiento. Si el cine es para recrear el ojo, esta vez es para desplegar diversos sentidos. Con Pollo con ciruelas asistimos a la vida de un violinista que decide emprender su muerte. Una situación compleja, que la asume él como un método de pasar a la historia. Su vida es inconsistente, y varió luego de haber perdido la sustancia, el objeto, el baluarte de su vida: un violín, dicho así parecería que la película fuera lineal, y no es cierto, toca ir viendo las secuencias en las que palmo a palmo se reconstruye la historia.
El título no dice mucho, y parece que no es el más indicado; sin embargo, funciona. Su truco es el de querer desviar la atención de lo importante, aunque nos muestra que la comida alienta la vida; para el caso de los espectadores, los relatos alimentan la vida. El virtuoso violinista, Nasser, que se ha declarado la pena de muerte, intenta encontrar la razón poderosa que lo conduzca a precisar su determinación de irse, y en ese ejercicio se desvía y lo que obtenemos son las partes de una vida que apenas nos muestran y no estamos del todo convencidos. He ahí una apuesta inteligente, irnos diciendo despacio, atrapados en un rollo y en un personaje misterioso. El filme nos hace dudar y entonces nos intriga y la desolada vida encuentra efímeros ecos para sobreponernos.
Todo se ancla desde la mitología, dice al principio un narrador que los cuentos persas empiezan con un personaje que está y luego no: “Había alguien. No había nadie”, y entonces logramos ver la vida de un alguien que hila pero no va a ser preponderante. La historia de Nasser permite situar una serie de relatos diversos, aunque en Persépolis había una crítica al país y un mensaje político, en esta tenemos un mensaje de vida, una historia íntima, que se refugia en los embates de la existencia. La música juega un papel clave, nos conecta con lo mínimo y trascendental de la vida, nos permite satisfacer las emociones y nos otorga un placer melancólico, sombrío, muy poético y sublime. Una frase muy elocuente y fría en la película: “Solo la sabiduría, como la luz de las velas, puede aportarnos una visión global de la existencia. Y la llave de la sabiduría es la duda”. Nasser, el violinista, duda, el espectador lo hace y se genera una atmósfera constante de perturbación.
Los que deseen una película de detalles, preciosista, Pollo con ciruelas le rinde homenaje a esos hechos que quedan por ahí flotando y que seguro algo inciden en nuestras vidas. Además, la realidad cuenta en la película con hechos fantasiosos, oníricos, con ellos se brinda una magia a las situaciones atravesadas por la trascendencia y lo inexplicable. La familia pasa a un segundo plano y las tormentas del existir se centran en la figura de un artista lleno de nostalgias.
En el fondo la película nos devuelve un aire de esperanza. La cultura iraní se manifiesta en Pollo con ciruelas, personaje clave para buscar las alternativas, nos da vueltas su vida y de inmediato pensamos en la nuestra, aunque no seamos artistas ni virtuosos o destacados en algo, no obstante lo somos: vivimos y ese es el triunfo más grande. Requerimos de la música, de pollos con ciruelas, que nos alienten a vivir la melodía de la existencia.
Satrapi y el francés Vicent Paronnaud logran una película encantadora, eso sí, se cae, tiene unos ritmos poco sostenidos, nos cautiva, pero no conquista del todo. Lo crucial es no permitir que nadie nos rompa el violín (eso que amamos) para sentir la gracia de estar vivos.
*Docente universitario, periodista
Ficha técnica
Año, país, duración: Francia-Iran, 2011, 91 minutos
Direccción y guión: Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud
Música: Olivier Bernet
Fotografía: Christophe Beaucarne
Actores: Mathieu Amalric, Maria de Medeiros, Isabella Rossellini, Golshifteh Farahani, Jamel Debbouze, Chiara Mastroianni, Edouard Baer, Eric Caravaca, Frédéric Saurel,Dustin Graf
Productora: Coproducción Francia-Alemania; Celluloid Dreams Productions / Studio Babelsberg / TheManipulators
Género: Drama. Comedia. Romance | Música. Años 50. Cómic.Realismo mágico
D E S T A C A D O
El virtuoso violinista, Nasser, que se ha declarado la pena de muerte, intenta encontrar la razón poderosa que lo conduzca a precisar su determinación de irse, y en ese ejercicio se desvía.
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