Pablo Mejía


Hoy toca estar pilas desde temprano, porque son varios quienes buscarán la primera oportunidad para hacernos una broma. Lo que no puedo entender es por qué si el suceso de los Santos inocentes fue tan trágico, la costumbre de celebrarlo sea mamándole gallo al prójimo. Porque sucedió que Herodes, por querer desaparecer al Niño Jesús de la faz de la tierra y así borrar de una vez a esa secta de insurrectos que se expandía peligrosamente, resolvió ordenar que pasaran al papayo a todos los muchachitos menores de dos años que hubiera en su reino. Y aunque no quedó títere con cabeza, por fortuna los padres del Mesías lograron sacarlo de contrabando y por eso andamos en estas festividades.
Durante nuestra niñez, cuando le parábamos tantas bolas a estas tradiciones, nos pasábamos el día en busca de cómo hacerle una broma a quien se atravesara en el camino. Recuerdo que en la finca era común que tendieran las camas con un truco que las hacía parecer normales, pero al momento de quererse uno acostar era imposible meterse debajo de las cobijas; y todos los primos escondidos detrás de la puerta para irrumpir a las carcajadas cuando el engaño se hacía evidente. Otro venía con la razón que fuera a donde mi mamá porque me buscaba para regañarme por alguna pilatuna, y al ir a poner la cara, la cucha no sabía de qué le hablaba; o le anunciaban a uno que a partir de ese día podía comer en el turno de los mayores y cuando se sentaba a manteles, lo sacaban de una oreja para una mesita que había al lado de la cocina. Travesuras por el estilo eran el común denominador en esta fecha.
De manera que no crea ni una palabra si alguien asegura haber oído en las noticias que a partir del año entrante la salud en Colombia será gratuita para todos los ciudadanos, pero que además los pacientes podrán escoger la clínica, el médico y demás servicios, sin demoras, trámites ni papeleos; que a usted por ejemplo le tienen que abrir la unidad sellada, de urgencia, y puede irse para la Fundación Santa Fe, pedir que lo opere el mejor neurocirujano y fuera de eso exigir que sea en una fecha y hora que se acomoden a sus necesidades. Y que eso incluye traslado desde cualquier ciudad del territorio nacional, alojamiento para sus familiares y demás arandelas por el estilo.
Hágase el sorprendido si otro viene con el cuento que los negociadores de las Farc anunciaron que a principios del año entrante van a firmar la paz sin esperar nada a cambio, que están decididos a entregar las armas, a pagar en la cárcel las condenas que tengan pendientes con la justicia, a devolver las tierras que han arrebatado a tantos compatriotas, que nunca más traficarán con drogas, ni volverán a extorsionar a nadie y mucho menos a bombardear pueblos o campamentos del Ejército; que a partir de ahora se comprometen a ser ciudadanos ejemplares y que además harán lo posible por convencer a otros grupos alzados en armas para que sigan su ejemplo.
Sígale la corriente a quien salga con que se rumora acerca del próximo y definitivo retiro del doctor Uribe de la vida pública. Que se mamó de dar guerra y casar peleas, que no quiere torear más chicharrones entre sus escuderos, que lo tienen hasta la coronilla José Obdulio y Pachito, y que Fernando Londoño está muy intenso; que Lina le cortó los servicios porque ya no entra a la casa, sus hijos quieren hacer negocios y crear sociedades sin tener a la prensa en la nuca, y el resto de la familia lo llama a diario para que les ayude a conseguir chanfa. Y que el chisme asegura que el expresidente prefiere convertirse en un mueble viejo y así poder largarse tranquilo para la finca a montar a caballo y a capar terneros.
Que le entre por un oído y le salga por el otro si alguien asegura que Avianca por fin va a implementar unas tarifas económicas para volar desde y hacia nuestra ciudad, que se compromete a cumplir horarios, dejará de desviar vuelos hacia Pereira e implementará itinerarios cómodos y suficientes para satisfacer a los usuarios. Tampoco crea si oye que Piedad Córdoba está de novia del procurador Ordóñez; que el doctor Patarroyo tiene la vacuna de un cacho; que el cuatro por mil sale por líchigo; que los congresistas se rebajarán el sueldo; y que la selección Colombia es favorita para ganar el mundial de fútbol.
No coma cuento si le aseguran que después del carrusel de la contratación en la capital del país nunca volverá a suceder algo semejante en el territorio nacional; o le dicen que Santos renunció a la reelección; que los gringos exoneraron de visa a los colombianos; que Samper por fin aceptó que sí sabía; que esclarecieron los asesinatos de Gaitán, Galán y Álvaro Gómez; que habrá bonanza cafetera; que Pablo Escobar sigue vivo y malicie si lo animan a invertir en DMG. Quedan todos advertidos para no caer en una artimaña por el estilo, que hoy abundan, y que nadie pueda darse el gusto de espetarles: ¡pásela por inocente! Porque eso es lo mismo que pasar por pendejo.
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