He venido observando como propuestas de desarrollo urbano concretas, aterrizadas, que transcienden el cemento y los ya tradicionales proyectos de infraestructura, se cuelan en las páginas editoriales de este diario. Es muy satisfactorio ver que la Ciudad esté pasando de la crítica sobre el anquilosamiento de nuestras fuerzas vivas y la codicia de nuestros dirigentes políticos (necesaria por cierto) a propuestas concretas sobre cómo impulsar este territorio para que sea más equitativo e incluyente.

Varias de las alternativas aquí planteadas se han centrado en el tema de la movilidad. Aunque Manizales no presenta los retos que en esta materia tienen que afrontar otras ciudades del país, la movilidad sí representa mucho para la equidad y la inclusión en la ciudad. Una buena proporción de manizaleños tiene que destinar una suma considerable de sus recursos a sus desplazamientos, porque debe tomar más de un vehículo de servicio público al día o caminar varias cuadras para reducir ese impacto económico. Así que el tema de movilidad no solo afecta la posibilidad del traslado rápido y expedito de los ciudadanos, sino sus ingresos y la disponibilidad de tiempo libre. Por su parte, la Administración Municipal, que al parecer no le ha dado la lectura de equidad que representa tener un servicio de transporte público integrado eficiente, se ha concentrado exclusivamente en el tema del tráfico, se ha tomado con especial tranquilidad la urgencia para resolver los problemas del Sistema de Transporte Integrado de Manizales. Ya es tiempo que la Alcaldía y los empresarios del sector destraben la implementación del Sistema y estudien la posibilidad de incluir a dicho modelo las propuestas que se han planteado sobre tener un servicio de cable mejor articulado y un tranvía por algunas calles de la ciudad.

La integración regional también ha sido un tema recurrente en las iniciativas de desarrollo que se han planteado en estas páginas, así como en otros escenarios. Se hace fundamental que superemos las viejas peleas y las comparaciones que no construyen nada. Los tres departamentos que componen el Eje Cafetero pueden conseguir logros más grandes si trabajan unidos, si se alcanzan consensos sobre lo que nos potencia como región, si trascendemos las peleas de nuestras capitales y pensamos en conjunto en el desarrollo de todos los municipios del Triángulo del Café. Estamos muy cerca geográficamente, si logramos acercanos en ideas y proyectos podremos estructurar esa conurbación regional en la que tanto ha insistido el doctor Gonzalo Duque, esa que traería grandes beneficios para los tres departamentos. Seguir pensando que el avance de Pereira implica el atraso de Manizales, o viceversa, es una visión que debemos superar porque es falsa y no conduce a la grandeza de la región. Tal vez empezar por un Sistema Integrado de Transporte que acerque de manera económica a varios municipios de Caldas, Risaralda y Quindío sea un primer paso.

También se ha reiterado la importancia de los proyectos de infraestructura que por su costo e impactos son los que se toman más tiempo y esfuerzo de la agenda pública: Autopistas para la Prosperidad, el mejoramiento de la vía Manizales-Mariquita y el Aeropuerto del Café. Sobre éste volvemos a tener buenas noticias respecto de su financiación y ejecución. Los últimos avances con relación al Aeropuerto también parecen ser un buen augurio sobre la forma como hemos decidido impulsar los proyectos que nos importan; pareciera que vamos superando ese parroquialismo de que aquí las iniciativas tienen amigos y enemigos y logramos, mediante el debate de ideas, llegar a consensos, conseguir un objetivo común y volver a echar para adelante la obra.

A pesar de la importancia que tiene la forma como nos movemos, en y desde el territorio que habitamos, debemos pensar el desarrollo con un visión más amplia. Es fundamental trascender el análisis de centrar el avance de una región en términos de cemento, de infraestructura, de arquitectura, de movilidad, de centros comerciales. Porque el sentido del progreso no es la forma de las ciudades sino las calidades y capacidades de los individuos que las habitan. Hay varias iniciativas, proyectos y programas que se están implementando encaminadas a fortalecer una visión de desarrollo mucho más profunda, espero poderlas abordar en la próxima columna.