Andrés Felipe Betancourth


De camino hacia el centro de Manizales me encontré la semana anterior con la valla de un Senador de la República, que resaltando la frase "Buena Gestión" alude a las cien mil viviendas que el presidente Santos ha prometido construir como obra emblemática de su gobierno. Antes de escribir esta columna traté de comunicarme con el mismo senador Luis Emilio Sierra o su equipo a través de su sitio web, pues me generó enorme inquietud el hecho que un legislador señale como gestión lo que es obra del ejecutivo. Sin duda hay estrecha relación entre las actuaciones de los distintos poderes del Estado, pero, quizá por no ser los asuntos de lo estatal y lo público mi ámbito de formación, la valla evoca para mí una vieja inquietud sobre el rol que en lo local le asignamos a nuestros congresistas, pidiéndoles que sean gestores o hasta co-ejecutores, cuando los elegimos como legisladores.
Si lo que esperamos de un miembro del Congreso es que consiga recursos para las regiones, le estamos pidiendo que aproveche su cercanía con el ejecutivo para abogar por nuestras necesidades. Hasta ahí nada reprochable. Los riesgos aparecen cuando en virtud de las demandas, unos u otros empiezan a "deberse favores" que bien pueden reflejarse en la distribución de los beneficios de las obras de un gobierno o en el apoyo de senadores o representantes constituyendo mayorías favorables al ejecutivo. Algunos de esos riesgos ya se han convertido en hechos lamentables para las finanzas del país, para las poblaciones marginadas y para nuestra maltrecha democracia.
Pero no solo hay confusiones (para mí) en los roles de cada uno de los poderes del Estado. Son evidentes las confusiones entre lo que es el Estado, lo que es el Gobierno y lo que es lo público. Digo, confusiones para mí, no para quienes lo representan, que seguro tienen todo muy claro. Pero hay confusiones en hechos "mediáticos" que sin duda están vinculados a propósitos de corto plazo, institucionales o personales, como no deben ser los propósitos del Estado.
Hoy día puede verse como algunas vallas que anuncian obras del Gobierno Nacional, usan un sello con la frase "Gobierno Santos sí cumple", en el mismo lugar que antes usaban el escudo nacional y la frase "Prosperidad para todos".
Algo similar (guardadas las proporciones) a lo ocurrido la última semana en Bogotá, donde un fallo sobre las actuaciones del alcalde se presenta como un atentado a la estabilidad institucional. En lo personal, no dudo que la decisión tiene intereses políticos y económicos de fondo, pero más allá de las actuaciones irregulares del alcalde, si las hubo, o de los excesos del procurador, que los hay, la preocupación de los bogotanos no debe ser por la permanencia de la persona en el cargo, sino por la permanencia de los programas y proyectos de su "Bogotá Humana". Una nueva confusión para mí, pues entiendo que por quien se vota, más que por la persona, es por el programa de gobierno, que luego se ajusta y traduce como Plan de Desarrollo.
La confusión entre lo estatal y lo público nos viene del tamaño y los roles de los Estados de antes de los 80, como lo señalan Bresser-Pereira y Cunill en su ensayo sobre el Estado y el Mercado (1998). Las demás confusiones nos vienen de las prácticas clientelistas de varios de nuestros líderes y del escaso interés que tenemos la mayoría de los ciudadanos en los asuntos públicos, en las estructuras políticas y en la calidad de nuestra democracia.
Temas como la calidad de la educación y la salud, el cuidado del ambiente, la gestión del agua y el suelo, la regulación del mercado y el empleo, entre otros, son y deben ser bienes públicos, pero no solo porque los administren funcionarios de los gobiernos, sino porque su funcionamiento adecuado es interés público, para que beneficie a todo el pueblo y lo conduzca por donde trace el interés colectivo. Pero lamentablemente, para todos es mucho más cómodo que alguien más se encargue, y que se nombre un alcalde, un presidente, un gerente o un gestor, a quien se pueda después culpar por no haber sido capaz de resolverlo todo solo.
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