Esteban Jaramillo


LA PATRIA | Bogotá
Son innumerables las citas de manizaleños esparcidos por el mundo registradas en internet, vía redes sociales, con protestas, algunas airadas, por el presente del Once Caldas y los efectos incalculables de las dificultades que enfrenta.
No se entiende, dicen tantos, las limitaciones del guión futbolero, la lentitud en la toma de decisiones de quienes administran, la maquillada insolvencia económica y la presencia desesperante en los últimos lugares de la tabla.
Dolientes, ellos y nosotros, proclamando un sentimiento, mezcla de decepción y rabia por lo que ocurre, perplejos incluso por la insensibilidad con que se mira tantas veces el estancamiento y la tendencia de quienes mandan, a desmentir la escena que se vive.
Con el Once Caldas anclado en los últimos lugares, la crisis se hace rutinaria y rebasa los límites de la tolerancia. Las ideas de juego hace rato se extraviaron, como extraviadas están las soluciones. Día a día se espera con impaciencia que se ponga a caminar un modelo distinto de administración y de competencia deportiva, para liberarse de los malos resultados que envenenan el ambiente y el vestuario.
No sabe el dirigente el daño que hace dándole largas a los problemas, postergando soluciones, con los efectos en la moral grupal y la desconfianza en crecimiento de los hinchas. Hay una estrecha relación entre las derrotas, hoy tan comunes, la mala hora financiera, los pagos sin cumplimiento y el descrédito administrativo y deportivo. Es todo consecuencia de la fragilidad en el manejo, que hunde al club en la incompetencia.
A lo anterior se suma la incertidumbre por los problemas con la DIAN, por el no pago de impuestos. Es inminente la decisión de apoyarse en la ley 1116 para darle vida al equipo, la que permite a las entidades al borde de la quiebra, acogerse al régimen de insolvencia, con el propósito de hacer viable su existencia financiera y con ello, rehacer las relaciones comerciales. Para muchas empresas es un paso firme hacia la recuperación, lo dicen los expertos. Para otras un impulso hacia el abismo y la desaparición. Ojo con esto, porque el Once Caldas no nació ayer y ninguno de nosotros quiere que muera mañana.
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