A raíz de la reelección del expresidente Uribe se estableció en el país la denominada Ley de Garantías, que consiste en que unos meses antes de una elección popular como la del presidente, o la de los alcaldes y gobernadores no se pueden hacer por parte de estos funcionarios, entre otras, nombramientos, ni contrataciones directas, ni actividades públicas. Fruto de esta ley de garantías por ejemplo, ya se le ordenó al presidente Santos que no podía seguir entregando públicamente las viviendas que está regalando.

Políticamente el país tiene sus enredos. Por un lado el presidente puede ser reelegido, pero los alcaldes y gobernadores no lo pueden ser. El presidente vive haciendo política. Invita a todos los sectores políticos a la casa de Nariño y recorre permanentemente el país dando algunas veces veladamente opiniones políticas y otras directamente y no le pasa nada, pero se han dado casos de alcaldes y gobernadores que por hacer política los órganos de control y vigilancia los han destituido.

En teoría la campaña política para la Presidencia de la República no ha arrancado, pero en la práctica ya estamos en ella y por el momento se van a enfrentar un expresidente, el doctor Uribe, contra un presidente en ejercicio, el doctor Santos. Aclarando que Uribe no puede aspirar a la presidencia, pero sí lo va a hacer para el congreso y nombró para que sea su aspirante a ocupar la Casa de Nariño a Óscar Iván Zuluaga, quien tiene sus méritos y capacidades para ostentar el cargo de Presidente de la República y que para bien de Caldas, sería muy importante que saliera elegido.

La campaña va a estar para alquilar balcón. Uribe quien fue el que nominó a Santos como su sucesor, no lo puede ver ni en pintura. Lo considera un traidor y desde hace ya mucho tiempo lo ataca por todo. Hay que aclarar que el doctor Uribe en el país produce odios y amores. Así como están las cosas hay dos candidatos muy fuertes y muy distintos. Uno, Uribe, carismático, que se "unta de pueblo", pero sin poder burocrático y otro, Santos, mas distante, "estrato veinte" y con poder burocrático. Una muestra del estilo de Santos se pudo ver en una foto que publicó hace poco LA PATRIA cuando se estaba preparando para una entrevista de televisión en la que se estaba aplicando en la cara sus "polvitos"; es decir, no se ve auténtico.

Santos ha perdido mucha imagen y en cuanto apoyo popular no tiene mucho arrastre; sin embargo, tiene a su favor que los sectores políticos, los que supuestamente manejan los votos, lo acompañan en su reelección y sigue siendo tan poderoso que además de manejar la burocracia del sector público también tiene la del privado. Sostiene, contra la voluntad de muchos, al gerente de la Federación Nacional de Cafeteros y recientemente influyó para que en la todo poderosa Asociación Nacional de Industriales "Andi" se nombrara como presidente de esa institución a un subalterno suyo y con poca experiencia en el sector industrial.

La campaña apenas empieza. Hasta ahora hay dos candidatos. Sin embargo, hay otros aspirantes que están interesados y que irán apareciendo muy prontamente. Por lo pronto se habla de Enrique Peñalosa y de Antonio Navarro. Sobre el papel el que tiene todas las posibilidades es el doctor Santos; sin embargo, no las tiene todas consigo.

No he estado de acuerdo con la reelección presidencial. El país no está preparado políticamente para esto. Santos por ejemplo habría podido hacer un excelente gobierno, pero por su interés reeleccionista cambió todo su discurso y su plan de gobierno. En los próximos ocho días formaliza su candidatura y por lo menos, para equilibrar un poco las fuerzas con sus rivales, tiene la cortapisa de la ley de garantías, ley que entre otras lo tiene muy incómodo, pero que tiene que cumplir muy a regañadientes.

Gracias a Dios y por lo menos con lo que tiene que ver en materia de candidatos presidenciales para las próximas elecciones por el momento estamos salvados, cualquiera de los candidatos puede hacer un buen gobierno, pero eso no obsta para que en medio de nuestro clima político se nos pueda aparecer "una tercería" con un candidato populachero y quedemos como Venezuela.