Jorge Alberto Gutierrez


He leído y releído la sentencia emitida por una Juez de Manizales en la que "(…) administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley" obliga a la Alcaldía de Villamaría a suspender la construcción de la Estación del Cable Aéreo, ubicada en el Parque de Bolívar, e igualmente, a devolver el inmueble demolido para este propósito a sus pasados propietarios; no sin antes exigir la reconstrucción con exactas características de la edificación "sacrificada".
He preguntado e investigado si se quiere, con el objeto de develar el soporte jurídico de una sentencia que no cuenta con precedentes en el mundo, porque aquello de erigirse con semejante vehemencia, como salvaguarda del patrimonio arquitectónico, de la historia, de la identidad de una comunidad o de la pertinencia o no de algunos medios masivos de transporte público urbano, como parece desprenderse de su articulado, me huele a que no es el motivo que la inspiró.
Y no parece, a mi juicio, porque las edificaciones en mención no contienen ningún atributo que les merezca el reconocimiento de ser patrimonio cultural, ni cuentan desde el punto de vista técnico y legal, con ninguna valoración que motive su protección; una cosa es pertenecer a la zona histórica o centro fundacional del municipio y otra bien distinta, es que por este único motivo sean parte del inventario más selecto de la arquitectura de la colonización antioqueña de mediados del siglo XIX. Más grave aún, es la afirmación invocada en el documento que da por sentado el hecho de que el patrimonio no puede ser enajenable, o sujeto de intervención; flaco favor le está haciendo esta sentencia al patrimonio, pues reafirma la idea peligrosamente extendida, donde el propietario de algún bien de carácter patrimonial, en vez de ser retribuido por la sociedad debe ser ejemplarmente castigado.
Lo anterior, sumado al hecho y teniendo en cuenta que si a la comunidad se le educa con la creencia que estas construcciones y las demás del marco del parque, a excepción quizá de la iglesia son piezas de valor y que por esta misma razón representan el origen de su identidad, se le está dando una indicación equivocada que tergiversa y conlleva una alienante noción de la cultura.
Este es el típico caso donde el "bien" particular prima sobre el bien general, contrario a lo que establece la constitución de Colombia y que tanto daño le ha hecho al desarrollo del país, porque tiende a perpetuar el privilegio autista sobre las necesidades de la población.
Un reducidísimo número de personas, dizque en representación de los intereses de la población (políticos para más señas), luego de acudir a todas las instancias y de esgrimir los más amañados argumentos y ante la imposibilidad de controvertir los análisis de orden técnico, urbano y la valoración patrimonial que antecedió a los diseños arquitectónicos, avalados además por el Consejo Departamental de Patrimonio Cultural y los estudios de movilidad que concluyeron que el lote en cuestión en el Parque de Bolívar, era el lugar más idóneo para la implantación de la Estación del Cable Aéreo, que inicia su recorrido en la calle real de Manizales, en la vecindad del Parque de Los Fundadores y contiguo a su Centro Histórico y Republicano, se rasgaron las vestiduras frente a todos manipulando el concepto de patrimonio. ¡Cuánta hipocresía!
Si de patrimonio se trata, y este fue uno de los argumentos sustanciales para la selección del Parque de Bolívar, como el lugar adecuado para la solución de la movilidad intermunicipal, dado que el parque es la gran centralidad urbana del municipio todo, es el lugar de encuentro de su población, el lugar de la fiesta, de los rituales religiosos y políticos, el lugar por excelencia para la convocatoria ciudadana y es que las estaciones de cualquier sistema de transporte se acercan allí, donde se encuentran los usuarios como debe ser; el Museo del Louvre en París, en la Plaza de La Concordia, cuenta con una maravillosa estación de Metro, lo mismo que la Plaza de Cataluña en Barcelona o la plaza Roja de Moscú y así en todas las ciudades del mundo, incluso las estaciones de Transmilenio en Bogotá le han dado un mayor valor al suelo urbano que se encuentra en sus inmediaciones; pero en Villamaría-Caldas esto parece ser mal visto.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015