Con el lanzamiento del libro "Propuesta de Mínimos para la Reconciliación y la Paz en Colombia", la Comisión de Conciliación Nacional está haciendo un aporte bien interesante al proceso de paz del país. Por ello, el mismo cardenal Rubén Salazar hizo la entrega en acto especial organizado en el palacio arzobispal en Bogotá. Es la Iglesia Católica en pleno que quiere apostarle a la paz en Colombia. Y lo más interesante es que estas propuestas fueron el resultado de todo un proceso de consultas desde las regiones que se llamó acuerdo nacional.

Los mínimos para la reconciliación y paz son ocho:

Mínimo de política de reconciliación y paz: Fundamentos para acompañar la negociación y el logro de acuerdos para garantizar el avance en el proceso.

Mínimo de equidad en el acceso a los derechos para garantizar una vida digna: Aportes para la construcción de una política de igualdad en Colombia.

Mínimo sobre la reforma agraria amplia e integral: Un acuerdo sobre la tierra y el territorio para alcanzar la paz en el campo.

Mínimo de educación con calidad y cobertura para todos: Un derecho fundamental que permite la movilidad social y reducir la desigualdad.

Mínimo para la democracia real y la transparencia en el uso de los recursos públicos: Fortaleciendo la legitimidad de las políticas públicas y el Estado.

Mínimo de construcción de país desde la diversidad regional: Avanzando en el proceso de la descentralización para garantizar desarrollo territorial.

Mínimo de alternativas productivas sostenibles Propuesta para una economía post-conflicto con un modelo de desarrollo humano y sustentable.

 Mínimo de participación ciudadana en la construcción de los destinos colectivos: Avanzando en la legitimidad de las políticas.

Y como bien lo señaló el cardenal, estas iniciativas e ideas son para discutir, para trabajarlas en común y para buscar las soluciones más pertinentes para el país, sabiendo que hay un componente muy dinámico en su realidad, que exige adaptaciones y flexibilidades.

La guerra no puede ser la solución para el país. La paz es un imperativo que se debe buscar por todos los caminos, respetando unos mínimos. La Iglesia considera que el proceso de paz que se viene adelantando, siendo un primer paso, y que se espera que concluya con un acuerdo con las Farc tendrá muchos pasos posteriores, como el oír a las víctimas del conflicto, diseñar una política pública incluyente y equitativa… será largo el camino, pero es la ruta que asegura la sostenibilidad del país.

Qué bueno que la Iglesia asuma un papel de dinamizadora del proceso paz a través de documentos constructivos como el de Propuestas de Mínimos para la Reconciliación y la Paz en Colombia.