Jorge Enrique Pava


Abrí el periódico El Tiempo y al ver la noticia sobre Caldas y su administración, me interesé por saber sobre lo que pasaba. Leí entonces: "Los caldenses tienen fe en su gestión, sobre todo por su trayectoria política". "Recientemente estuvo en Bogotá en donde, además de comprometer a sus paisanos vinculados a los gremios nacionales en el desarrollo departamental, le pidió al presidente el apoyo necesario para que Caldas se integre a la apertura". "En la recuperación vial se invertirán 1.500 millones de pesos, que saldrán del presupuesto y de la contratación de empréstitos. Pero, como las vías son de carácter nacional, el Gobierno central tendrá que respaldarlas…". "Para finales de año, agrega, estará pavimentado el 50 por ciento de las cabeceras municipales".
"El otro gran proyecto que requiere de apoyo estatal es… la construcción de la Hidroeléctrica de La Miel II". "Los estudios de La Miel, obra de la cual se habla desde hace treinta años, están listos. Solamente falta la plata (390 millones de dólares, incluidos sesenta que vale el desvío del río Guarinó), pero vamos a conseguir ese capital, pues para eso estamos aquí". "La terminación de los 47 kilómetros que faltan de la vía al mar, cuya construcción va en el Alto Baudó, es otro de los anhelos de la actual administración departamental". "Este tramo… es de primordial importancia para el país porque se constituye en una alternativa para exportar". "Entonces, vendrán las propuestas de varias compañías extranjeras interesadas en invertir en el proyecto del puerto de Tribugá". "La otra opción de ampliar las salidas al Pacífico es la reconexión con el Ferrocarril del Pacífico, el cual abaratará los costos en el transporte hacia Buenaventura".
¿Las anteriores son acaso noticias de esta semana, cuando se abordó al presidente Santos en una reunión inútil, sin sentido y carente de toda lógica? ¡No! Es un artículo de El Tiempo del 6 de junio de 1992, cuando doña Pilar Villegas de Hoyos iba a empezar su administración como gobernadora por elección popular. ¿Y qué tiene de diferente a lo que hoy se sigue planteando? Solo Aerocafé, proyecto que, cuando por fin se inició, se vio bombardeado por nuestros mismos coterráneos de la forma más despiadada posible.
¡Qué tristeza! Hay que concluir que nos quedamos detenidos en el tiempo y nos momificamos junto con los dirigentes.
Al ver entonces que desde esa fecha (y podríamos retroceder unos cuantos años más) nuestra situación no cambia y seguimos martillando sobre los mismos proyectos y sobre las mismas ambiciones, me di a la tarea de consultar sobre quiénes eran los dirigentes cívicos, gremiales y políticos de esa época, y me encontré con que son los mismos que hoy nos dirigen y que conforman los gremios y las corporaciones que dicen trabajar por la transparencia; los mismos que se sienten con el derecho de señalar, vituperar, perseguir y acabar con quienes quieren invertir o progresar en nuestro terruño; los mismos que se interponen en todo y que impiden el relevo generacional que nuestra ciudad y departamento reclaman a gritos; los mismos que figuran varias veces a la semana en las páginas sociales de LA PATRIA y sacan pecho por las supuestas realizaciones en pro de la región.
Y me pregunto: ¿cuáles realizaciones? ¿Haber feriado la Chec, la Hidroeléctrica de La Miel I, ISA y los demás activos importantes del Departamento? ¿Haber contribuido a la muerte de Aces, Tejidos Única, Derivados del Azufre, Seguros Atlas, Banco de Caldas, Corporación Financiera de Caldas, etc.? ¿Haber mostrado desidia y apatía cuando se nos llevaron las gerencias regionales del Banco de la República, Seguro Social, Cisa, FNG, y otras empresas representativas de Colombia? ¿Haber impedido la vinculación de nuevos inversionistas a agremiaciones como Camacol, por el solo hecho de no ser de su línea arribista? ¿Haber ahuyentado a nuevos inversionistas a quienes se les trata de testaferros, mafiosos o ladrones por no pertenecer a su "rancia estirpe"?
¡Sí! Nos quedamos detenidos en el tiempo y nos están royendo las bases que aún nos sostienen. Porque esos mismos seudo líderes gremiales conformaron un círculo de poder que no admite relevo; y porque ese círculo que nació de gente emprendedora, industriales de verdad e inversionistas con ganas de progresar, se convirtió en una liga que se va angostando cada día por falta de visión, por egoísmo y por el rechazo a la gente buena considerada como enemiga porque representa un peligro para su estabilidad personal.
Tal vez llegó el momento de la rebelión. En nuestro medio hay hombres y mujeres jóvenes que tienen preparación académica, trayectoria laboral, conocimiento del medio y ganas de luchar, y son los llamados a tomarse el poder. Y aunque muchos de ellos se encuentran hoy subyugados por estar atados a la costumbre, a ese carácter conservador de respeto y reverencia hacia nuestros mayores, hoy se van a tener que liberar para sacar a nuestra ciudad y departamento de esta parálisis. ¡No más!
¿Cuántos años más tendrán que pasar para que reaccionemos? ¿Cuántos daños más tendremos que soportar para exigir que se hagan a un lado estos dirigentes que no han hecho nada para que las cosas cambien, a pesar de habérseles otorgado el poder y la confianza durante años?
No puede ser posible que sigamos genuflexos ante los mismos personajes que vienen dominándonos a través de los gremios y las entidades de representación, después de tener las evidencias de que no saben, no quieren o no pueden hacer nada para que los propósitos municipales y departamentales dejen de ser una simple quimera y se conviertan en nuestra realidad. ¡Llegó la hora del relevo generacional! ¿Quiénes se le apuntan?
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