María Leonor Velásquez Arango


¿Se ha preguntado alguna vez cuál sería la Manizales ideal? ¿Cuál es la ciudad en la que le gustaría vivieran sus hijos y nietos? ¿Qué tan lejos está la Manizales de hoy de esa ciudad ideal? ¿Existirá una ciudad ideal? ¿Qué necesitaríamos hacer los manizaleños, no solo el gobierno, sino la sociedad civil, para avanzar hacia un modelo de ciudad sostenible que pueda ser atractiva, tanto para locales como para visitantes, nacionales y extranjeros?
Leía este fin de semana una entrevista con la señora Ana Moreno, jefe de prensa de ONU Hábitat y coordinadora del VII Foro Urbano Mundial que se realizará en Medellín entre el 5 y el 11 de abril de 2014, quien decía que no existe un modelo de ciudad ideal, porque cada una tiene sus particularidades, cosas fantásticas y otras por mejorar. Sin embargo, decía la señora Moreno que en un escenario ideal debería haber una planeación de largo plazo del espacio público, una gestión de recursos para hacerla sostenible y un acuerdo cívico por una visión compartida hacia el futuro.
Según Naciones Unidas el mayor desafío de una ciudad mediana en desarrollo es la capacidad de gestionar en el corto plazo, pero planear el largo plazo; que haya una continuidad en la visión de la ciudad y se empiece a planificar para sus retos propios en los años siguientes, con una visión a 20 años; entendiendo que el gran reto es que las autoridades, tanto nacionales como locales, sean capaces de mantener esa continuidad en la gestión política.
Es lo que hemos venido trabajando desde el proceso ESTOY CON MANIZALES, iniciado en el año 2010; la construcción de una visión de largo plazo para Manizales que no se limite a los 4 años de una administración, y que sirva de norte y brújula para los próximos 20 años en el desarrollo de la ciudad. No ha sido un ejercicio fácil, en primer lugar porque parecería que solo queremos ver mucha acción y resultados de corto plazo, que por supuesto son importantes, pero no suficientes, para transformar y hacer sostenible el territorio. No es el trabajo de una administración o el desarrollo de iniciativas particulares lo que nos permitirá estar en la lista de las primeras ciudades en el país y en el ámbito internacional; necesitamos una apuesta de largo plazo que nos convoque a todos y que permita que haya muchas iniciativas y proyectos que, desde los diferentes sectores, ayuden a jalonar el desarrollo en la dirección deseada.
No se trata de eliminar iniciativas, ni de decir que unas son más importantes que otras; se necesita aprender a construir juntos, a conversar unos con otros para unir esfuerzos e identificar dónde tenemos vacíos en temas fundamentales. El otro día escuchaba a alguien en una reunión decir que el tema de desnutrición no debería estar en un plan estratégico de ciudad; cuando pregunté la razón, me respondieron que era un tema demasiado obvio y por eso no era estratégico. ¿Quién dijo que lo obvio no es estratégico? ¿Cómo vamos a superar las brechas de la ciudad si, en primer lugar, no las reconocemos?
Un plan estratégico no solo debe tener los grandes temas que todos quisiéramos ver en el futuro, es fundamental empezar por reconocer dónde están nuestras brechas o vacíos que si no las trabajamos no nos permitirán avanzar. El plan debe contener tanto las acciones y proyectos para superar brechas; vr.gr. la pobreza, la inequidad y la desnutrición, como las iniciativas estratégicas que nos permitirán convertir nuestras fortalezas y ventajas comparativas en ventajas competitivas que nos generen posicionamiento y sostenibilidad y nos ponen en el mapa internacional como una ciudad atractiva para vivir y visitar; vr.gr. el Paisaje Cultural Cafetero.
Si nos hiciéramos la pregunta sobre qué nos falta en Manizales para avanzar hacia ese modelo ideal, tal vez tendríamos que reconocer que tenemos dificultades para mirar el largo plazo. Me pregunto ¿será que a los más jóvenes les parece que el largo plazo está muy lejos y a los mayores les parece que el largo plazo ya no existe? También creo que tenemos dificultades para conectar temas y pensar de manera sistémica-integral-holística "como le queramos decir"; o ¿Cómo se explica la desconexión y la falta de articulación de muchas iniciativas y proyectos que deberían ir de la mano cuando los actores que forman parte de ellas son los mismos? Puedo sonar irreverente y pido disculpas por ello, pero a veces me pregunto si sufrimos de algún tipo de autismo que hace que nadie pregunte qué tiene que ver un tema con otro o por qué no articulamos estas dos iniciativas o por qué no construimos una red donde estemos todos los que estamos trabajando en un tema. El tercer tema que me aparece, probablemente derivado del anterior, es la dificultad para hacerlo juntos, para sumar iniciativas en cambio de duplicarlas, para combinar esfuerzos en cambio de competir unos con otros por quién lo hace mejor o a ver quién fracasa primero.
¿Qué cree usted que nos hace falta para avanzar? ¿Cuáles son esas conversaciones difíciles que tenemos pendientes? ¿Cómo podemos, usted y yo, ciudadanos de a pie, que no tenemos un cargo directivo ni pertenecemos a la clase política, aportar para que pasen cosas distintas en la ciudad? ¿Cuál será nuestra responsabilidad para hacer de ésta una Ciudad-Región atractiva para todos?
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