En septiembre de 2012 el proyecto Manizales Cómo Vamos publicó la Encuesta de Percepción Ciudadana, la cual presentó unos indicadores, a primera vista, incoherentes que mostraban una ciudad amable, pero con cierta desesperanza en el futuro. El pasado jueves el proyecto dio a conocer el estudio sobre Calidad de Vida 2008-2011, el cual cuenta con datos objetivos que buscan identificar indicadores técnicos sobre los temas que se estudiaron en el primer documento.

Después de leer el informe de Calidad de Vida he llegado a la conclusión de que esa desilusión sobre el futuro de Manizales se debe a que ésta es una ciudad desigual. Aquí el acceso a las oportunidades no tiene el mismo grado de dificultad para todos y una vez se logra alcanzarlas éstas no cuentan con las mismas condiciones de calidad.

Paso a ilustrar la situación con cifras contenidas en el informe de Calidad de Vida. El indicador establecido para medir la desigualdad se denomina el coeficiente de Gini y busca determinar la inequidad en la distribución del ingreso. Las sociedades más equitativas tienen coeficientes de Gini cercanos a 0, las más desiguales cercanos a 1. Para el año 2011 el indicador en Manizales era de 0,47, menor que el indicador nacional 0,55. Aunque la cifra y el puesto cambia dependiendo del informe, vale la pena resaltar que Colombia siempre aparece en los primeros puesto de inequidad del mundo.

Adicionalmente, el informe sobre Calidad de Vida presenta otros indicadores que permiten determinar que la inequidad en la ciudad no se refleja solo en la distribución del ingreso. En materia de educación la situación es alarmante, no solo porque la diferencia es muy amplia, sino porque las brechas que se crean son de largo plazo y muy difíciles de cerrar.

En las pruebas Saber para el grado quinto, el porcentaje de alumnos de colegios privados con nivel satisfactorio y avanzado en lenguaje fue del 77% en los públicos del 43%; en matemáticas en el sector privado fue de 66% en el público de 34% y en ciencias en el no oficial fue de 64% en el oficial de 33%. Esta tendencia se amplía mucho más en las pruebas Saber para el grado noveno donde en lenguaje la educación privada tiene 82% de alumnos en nivel satisfactorio y avanzado, mientras la pública solo tiene el 46%; en matemáticas los colegios privados tiene 62%, los públicos el 24% y en ciencias el no oficial alcanza el 74%, mientras el oficial solo llega al 35%.

Aunque es de común entendimiento que en el país tener aseguramiento en salud no garantiza el acceso a este derecho, en Manizales en el año 2008 el 95% de la población contaba con cobertura en salud, para el 2011 esa cifra había descendido a 92%. Esto se debió a que un 3% de la población abandonó el régimen subsidiado y pasó a no tener cobertura en salud. En la ciudad el 70% de la población se encuentra adscrita al régimen contributivo, el 22% al régimen subsidiado y el 8% no se encuentra cubierta por el sistema.

Por último, quiero ilustrar la inequidad en el acceso a las oportunidades con una estadística que parece ser menos prioritaria que los ingresos, la educación y la salud, pero que impacta, de manera importante, la calidad de vida: la movilidad. En Manizales una persona que se moviliza en taxi debe invertir en un trayecto 25 minutos, mientras que quien lo hace en bus o colectivo debe disponer de 43. ¿Será por este motivo que en los últimos 3 años el número de motos matriculadas creció el 65,2%?

Un primer paso para convertir a Manizales en una ciudad educada que eduque, con un desarrollo basado en el conocimiento es superar estas inequidades. No podemos seguir generando posibilidades solo para unos cuantos, no es ético, ni viable. Un primer paso es propender porque todos los habitantes de esta ciudad tengan acceso a un rango equitativo de oportunidades.