Alejandro Samper


Entre el Bosque Popular y el Batallón alcancé a contar seis proyectos de construcción. Todos edificios, cada uno más sofisticado y grande que el otro, que se erigirán sobre lo que conocemos como el Alto del Perro (o lo que queda de éste) y la Avenida Alberto Mendoza. En cuestión de un par de años, quienes transitemos por esta vía no tendremos la vista a La Florida. Cosas del progreso.
Sin embargo no deja de preocuparme -como lo he expresado en este espacio en otras ocasiones- que por ahí cruza la Falla El Perro, que, según la investigación del ingeniero civil Jaime Maldonado (Evaluación del estado actual de algunas obras de control de la erosión en el municipio de Manizales realizadas por Corpocaldas. U. Nacional Sede Manizales. 1997) "atraviesa el sector del Bosque Popular y el Cerro de Oro". O sea, ahí se fractura la roca y la montaña se mueve.
Quienes hemos vivido por años en ese sector hemos visto a la montaña cambiar y nos preocupa su inestabilidad. Luego de ese invierno de noviembre de 2010 que causó una serie de derrumbes que llevaron a que se parara la construcción de un edificio (que hoy vuelve a retomar actividad) y a que bajara una creciente por la quebrada El Perro que se llevó el puente de Expoferias, se discutieron soluciones al problema. El geotecnista Fernando Sánchez propuso bioingeniería que "aunque admite algunas obras civiles privilegia la arborización o reforestación para mitigar el riesgo en laderas (…) Además resulta mucho más económico, entre un 60% y 90% menos del costo de las obras convencionales" (LA PATRIA, En Expoferias, el riesgo está presente. 2010-11-05).
¿Arborizaron? ¿Reforestaron? Los hechos son concretos... literalmente. Suban de La Enea al Batallón, verán una pantalla de concreto aquí, otra más allá... como retazos grises que amarran la montaña. Incluso se ve ese muro inmenso que construyeron en el Cerro de Oro. En vez de árboles crecen avisos de proyectos inmobiliarios.
Me explicaban que para construir esos edificios los ingenieros harán unas bases estructurales muy profundas (20 metros o más), lo que asegura que las estructuras no se vayan a venir al suelo en caso de un derrumbe o un sismo. Tal vez sea cierto. Tal vez no. Esa norma que permite que las mismas constructoras se autorregulen y avalen los suelos donde van a edificar, en vez de que la curaduría la haga un ente externo, siempre siembra dudas. Sobre todo después de lo sucedido con la torre seis del edificio Space en Medellín.
Los expertos dicen que esa estructura de 20 pisos se vino al suelo por un problema en la deficiencia de los materiales, y que no tuvo nada que ver el terreno donde se alzó el edificio. Si este drama lo causó un error humano, la naturaleza es mucho más severa. Ojalá y me equivoque.
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Si quieren revisar bibliografía sobre los estudios y observaciones sobre la situación del Alto del Perro, pueden revisar los siguientes enlaces:
http://geotecnia-sor.blogspot.com/2010/11/gsi-1-quebrada-el-perro-3-geologia-y.html
http://caleidoscopiosurbanos.blogspot.com/2010/11/la-avalancha-de-la-quebrada-el-perro.html
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