Bernardo Mejía


Nos tocó volvernos a bañar con agua fría. Hace ya como 15 años que nos ofrecieron a los manizaleños la posibilidad de disponer del servicio de gas natural, servicio que nos llegaría por tubería directamente a nuestras casas -atrás quedarían las épocas de tener que comprar cilindros de gas- y a unos precios muy bajos. Este sistema que no solo llegó a nuestra ciudad sino también al interior del país -anteriormente solo gozaban de este beneficio las personas que vivían en la Costa Atlántica-.
Cuando nos instalaron el servicio de gas todos quedamos felices, el servicio era bueno, la factura a un precio razonable y entre otras, abandonamos la canecas eléctricas de agua caliente. Durante los primeros años el servicio funcionó muy bien. Qué lejos estábamos de imaginarnos que se iban a presentar fallas en el suministro y menos que la tarifa, de la noche a la mañana, iba a tener un incremento muy alto. En este punto los usuarios residenciales se sienten tumbados.
No tengo ninguna duda que para el país es mucho lo que ha servido la presencia del gas natural. Contribuyó a sostener el nivel de consumo de energía eléctrica, evitándose así apagones eléctricos como sucedió en otras épocas y disminuyó el ritmo de construcción de centrales hidroeléctricas. Lamentablemente en los últimos tiempos se ha perdido el encanto. No solo por el hecho de tener que bañarnos con agua fría, sino que se han tenido dificultades a nivel residencial y comercial, a menor escala, para la preparación de los alimentos y, a gran escala, para el sector industrial. El sistema fue muy bien vendido en su momento y prácticamente toda la población y una gran parte de la industria pasó a ser usuaria de este servicio. Hay otro sector también muy perjudicado que es el de los que movilizan sus vehículos con gas natural.
Sobre los daños que está presentando la tubería de conducción en el sur-occidente del país, el punto es muy complicado. Aclarando que este no es un tema de gas natural sino de Transgás de Occidente y que la conducción viene desde Mariquita hasta Cali y pasa por la cordillera central, bordeando la carretera que va de Manizales a Mariquita. Sector por donde además pasa la tubería de Ecopetrol, que transporta gasolina y la interconexión nacional de energía eléctrica.
Es muy claro que toda la zona es de una importancia vital para el país. La carretera nos ha mostrado ya desde hace muchos años el proceso erosivo de la montaña, a tal punto, que se requiere con urgencia un nuevo trazado de la vía, no solo por necesidades de nuestra ciudad, sino del país. Pero lo delicado es que si no se tratan los procesos erosivos en la debida forma, lo que va a colapsar son los servicios públicos de todo el sur-occidente del país.
Hoy la comunidad está muy molesta. Transgás de Occidente está manejando sola y aisladamente el problema. No ha podido ni siquiera solucionar el "remiendo" que hizo en la tubería a finales del año pasado. Lamentablemente el problema es de tal magnitud, que supera la capacidad de gestión de esta entidad. Cada uno de los actores afectados soluciona su problema individualmente. Invías levanta los derrumbes y precariamente canaliza y maneja las aguas y dispone de maquinaria permanente para levantar los deslizamientos que se presentan y dar paso vial lo más rápidamente posible. Ecopetrol e ISA "compran tiempo" esperando que no les llegue el momento en que ellos se vean afectados.
Es totalmente claro que la solución no se dará aisladamente. Hay que involucrar al gobierno nacional. Hay una región de la geografía nacional muy amplia y de una gran importancia para la economía del país que está siendo afectada y que puede tener aun mayores dificultades porque, además de la carretera, son tres servicios públicos esenciales los que se están viendo afectados.
Si solo con la ausencia del gas por unos cuantos días la comunidad se molestó, no me quiero llegar a imaginar qué pasará cuando la montaña se mueva un poquito más y arrastre todas las conducciones de servicios públicos que esta soporta. No tengo ninguna duda que el caos va a ser mucho mayor que el que se produjo cuando salió del servicio la planta Luis Prieto y van a ser muchas más las personas afectadas.
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