John Harold Giraldo Herrera


Resulta llamativo que nos comuniquen un mensaje de nuestro mundo y en especial de la familia de nuestros días, con una historia muy del pasado. Los cavernícolas mostrados desde la familia Croods, parecen más del presente que de la antigüedad. Las formas para entretenernos con películas para niños es además de gracioso, muy significativo, porque con esas películas se han venido agenciando una serie de ideas de cómo debería ser el mundo, la sociedad, la familia, los individuos. Y como quienes disfrutan de esos mensajes son los niños acompañados por sus familias cuando van a cine, el hecho puede ser una renovación de ideas favorable.
Venida de los estudios de DreamWorks, la película de la familia cavernícola, afectada por el cambio del mundo (se aproxima un desprendimiento de glacial), se encuentra en el peligro de tener que salir de su nicho: la cueva, donde con relatos siniestros y con la unidad entre todos han podido mantenerse de pié. Para ellos quienes se refugian en su mundo porque ir más allá de donde no conoce ni saben, puede ser su exterminio; la joven de la familia, quiere y se interesa por saber qué es eso que nunca ha podido conocer. De inmediato como espectadores, vamos sintiendo que nos mueven la zona de confort y nos sometemos a lo inesperado, no sólo en lo visto en la pantalla, sino como que un viento empieza a susurrarnos: hay que explorar, más si eso significa: puedes aprender.
The Croods es entonces la historia de una familia cavernícola, la abuela, tres hijos y la pareja. Cada uno simboliza una parte del legado con el que se han edificado. Mantenerse en la cueva, donde se refugian es parte de su existencia. Sus miembros saben que más allá no es posible ir, salvo a buscar comida y actuar en conjunto. De resto la oscuridad es su forma de protección. En las paredes de la cueva quedan los relatos macabros de lo que implica buscar lo nuevo y el padre Grug pronuncia siempre esta sentencia: “El miedo nos mantiene con vida”. El padre pronto encuentra resistencia a su visión, y la hija -Eep- se encuentra con sed de aventuras, de enfrentar los miedos, ella quien luce fascinada por conocer dice: “Todo lo malo es divertido. Bienvenidos a mi mundo”. De modo que mientras el mundo en que viven se transforma, la familia vivirá diversos aconteceres que los llevará a salir de la oscuridad. Un joven inquieto, llamado Guy, de otra comunidad, persuade a Eep a explorar, el recién aparecido motiva a la chica a conocer, y se verá envuelto en una travesía en busca la luz, del otro mundo, de ese en el que queremos vivir.
Los espectadores no tenemos como aburrimos, todo lo de la película resulta tan frenético y absorbente que la pantalla nos captura. Nos mantenemos pendientes de las transformaciones del mundo, más de los avatares de la familia Croods quienes se ven abocados a dejar su caverna y seguir el camino de la luz. Entonces esa zona de confort en la que estábamos nos pone de nuevo de frente a la aventura, y nos va trasladando hasta que queremos salir de ella. Una tensión nos agobia: aquello que pueda ser inesperado, pero ahí aparecen los hechos novedosos y gratificantes. Otro hilo con fricciones es la relación padre- hija. Acostumbrados a no decirse los sentimientos, Eep y Grug mantienen unos conflictos, un nudo, al cabo del camino, como buenos visionarios, aprenderán a expresar ese grande amor que se profesan.
Los Croods no es sólo diversión. Su colorido, esa sensación de realidad que nos hace sentir, la historia envolvente, la música, los efectos, la caracterización de personajes, unos extraños animalillos y sus mensajes nos atraen. No hay películas con antecedentes similares, salvo Los famosos Picapiedras, pero el mundo de la familia Croods no es rocambol, es un sitio variante, propicio para la aventura, destacado para ofrecernos un
banquete de renovación de ideas y una película tan divertida que la recordaremos por mucho tiempo. Esos cavernícolas buscan la luz y nosotros hemos podido salir por un buen rato de nuestra cotidianidad para visualizarnos habiendo disfrutado de una historia tan antigua como contemporánea.
John.giraldo.herrera@gmail.com
Docente universitario y Periodista
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015