Hace pocos días, el diario LA PATRIA nos extendió una muy cordial invitación a quienes estamos al frente de una serie de iniciativas, al parecer distintas todas, y que se adelantan en pro de la ciudad. En dicho encuentro, coincidimos en la afortunada autocrítica de que nos falta encontrar la forma de articular tantos esfuerzos dispersos por un mismo propósito. Somos muchos haciendo lo mismo, cada uno por su lado. Y es cierto, así no se avanza.

Y aunque todas las iniciativas no solo son relevantes para la ciudad, sino que son indispensables, me parece que sí es posible encontrar algunas maneras de articularlas y ponerlas en el camino de la eficiencia y la eficacia. En este sentido, presento, a manera de propuesta, una de tantas.

Me parece que la gran sombrilla, mejor el gran manto con el que podemos cubrirlas a todas es la denominada Estoy con Manizales. Si pensamos con un dedicado juicio, ésta tiene el gran propósito que procuran las demás iniciativas: que los ciudadanos contribuyan, de manera colectiva, en la transformación de la ciudad, en clave de mejorar su propia vida. Por ello, se le dio luz verde al mandato ciudadano de que los gobernantes pusieran en sus agendas como un elemento prioritario y de alta significación, educación de calidad. Esto tiene que ver, obviamente, con innovación, emprendimiento, investigación, preservación de la arquitectura, turismo, medio ambiente, infraestructura…

Considerando este gran manto, propongo concentrar las demás iniciativas en tres grandes grupos: Educación, Tecnología e Innovación y Desarrollo, y Medio ambiente y Sostenibilidad.

Desde la perspectiva de la construcción de Marca ciudad, propuesta por el Comité de Comercio y liderada por Fenalco, y que busca aprovechar las dos últimas letras de la palabra Manizales, podríamos pensar en lo siguiente: el primer grupo articularía a Manizal es Empresarios por la educación; Manizal es Sistema universitario de Manizales, Suma; Manizal es Observatorio por la educación; Manizal es Alianza por la educación; Manizal es Junta asesora de políticas públicas en educación.

El segundo grupo, que se llamaría Tecnología e Innovación, comprendería Manizal es Manizales más; Manizal es Eje innova y laboratorio de innovación y creatividad; Manizal es City Tech; Manizal es Ciudades sostenibles y competitivas; Manizal es Comisión regional de competitividad; Manizal es Invest in Caldas.

Y lo mismo con el tercer grupo denominado Desarrollo, Medio ambiente y Sostenibilidad: Manizal es Paisaje cultural cafetero; Manizal es Pacto por la cuenca del río Chinchiná; Manizal es Foro ciudadano por la recuperación del centro histórico; Manizal es Proceso de integración de la región centro-sur.

Esta propuesta me parece viable si pensamos, por ejemplo, en el ejemplo que nos dan los rectores de seis universidades de Manizales, reunidos en Suma, quienes decidieron desde hace cuatro años conjuntar voluntades políticas bajo el manto de la confianza y sacar con notorio éxito proyectos como Suma movilidad académica, Suma Investigaciones y Suma Proyección Social.

Esta propuesta quizás responda a las inquietudes de la mencionada reunión: ¿Cómo articular tantas iniciativas que terminan todas haciendo más de lo mismo? Creo que la respuesta sustancial está contemplada en el pretexto de la confianza, valor sine qua non, es imposible que los ciudadanos de Manizales mejoren su calidad de vida y sean felices.