Carolina Martínez


Hicieron la petición los padres adoptantes extranjeros y no la hicimos nosotros.
Y deberíamos ser los colombianos quienes adoptáramos a los 10.000 niños que están en el ICBF, porque el subsidio del Estado para su manutención, se acaba el día que cumplen la mayoría de edad. En Bogotá algunas instituciones tienen casas en lugares céntricos de la ciudad donde seis meses antes de este temido cumpleaños los "entrenan" para enfrentarse a esta jungla. Los enseñan a coger buses y transmilenio, los ayudan a buscar trabajo, a presentar hojas de vida, a encontrar una pieza dónde meterse. Se llaman "Casa Egreso". Cuando salen de ahí solo les queda volver a los lugares donde conocieron el abuso, el maltrato y el abandono, a repetir la historia de sus verdugos, que también fueron víctimas de la falta educación y la violencia. Y así seremos siempre víctimas de víctimas...
A propósito de mi anterior columna "Puros cuentos" (http://www.lapatria.com/columnas/puros-cuentos) me escribió Paulina Jaramillo, paisa de Medellín nacionalizada en USA, quien vive en Pittsburg con su esposo cubano y adoptaron un niño colombiano. Debido al vergonzoso programa amarillista de Manuel Teodoro en contra de la adopción, hizo por Internet la petición de "Parar la información malintencionada acerca del ICBF y su programa de adopción". Ahí verán los testimonios, reales y sin edición, de padres adoptantes extranjeros, en inglés y en español: http://www.change.org/petitions/stop-the-misinformation-about-icbf-and-the-adoption-program.
Otros de los comentarios que he recibido:
Dr. Jhon Alex González: "Yo soy un hijo y funcionario del ICBF, que por desgracia de la vida perdí mi familia biológica. Sin embargo, hoy en día y gracias al ICBF, soy una persona estudiada. Mi profesión, psicólogo egresado de la Universidad de Ibagué. Presencié la arbitrariedad con que presentaron los reportajes los periodistas de Séptimo Día. Lo importante de esto es que nos da fortaleza y deseos de continuar trabajando para muchos que como yo, fuimos parte del ICBF y hoy en día estamos agradecidos con el Estado por la oportunidad".
Dra. María Alejandra Burbano: "Como defensora de familia del ICBF no recibo ni dinero ni bonificaciones ni extras por declarar a un niño en adoptabilidad. Por el contrario, recibo ofensas, amenazas y acusaciones. Entiendo que nuestro trabajo toca una parte muy sensible de la sociedad, pero el programa Séptimo Día ha generado más violencia y ahora nos exponemos a que al salir a cumplir nuestro deber la gente esté más agresiva y mal informada que nunca".
Nelson Páez Espinel: "Mi esposa y yo adelantamos el año anterior un proceso con el ICBF para ser padres por adopción. Fue un proceso de nueve meses que culminó el pasado 12 de marzo con la llegada al hogar de nuestra segunda hija. Una niña con buen cuidado y seguimiento médico en sus cinco meses antes de encontrarse con nosotros. Fueron necesarias valoraciones de vida, psicológicas, entrevistas, varios talleres y mil documentos para lograrlo. El equipo conformado por trabajo social, psicología y defensores de familia nos acompañó con altos estándares éticos y profesionales. El ICBF no cobró un solo centavo por este proceso".
Fery Kienesberger: "Soy padre de tres hijos adoptados del ICBF. Después de este reportaje de desgracia, yo también fui muy triste. No creo que estas cosas son de manejar en una forma tan irresponsable como Caracol hizo. Yo tengo y tuve hasta el día de hoy solo experiencias maravillosas hasta el tratamiento de todos las personas involucrados en el proceso de la adopción. También estoy interesado que la gente sepa la verdad y no solo estar creando sensacionalismo solo para una historia".
Dra. Astrid Velásquez, defensora de familia: "...el programa Séptimo Día está atacando nuestro trabajo como defensores de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Solo está mostrando la "verdad" de los padres biológicos, pero lastimosamente, con la reserva del expediente, no se puede mostrar la verdad de los niños".
Scott Placeck, abogado de familia de Texas, padre adoptivo de tres niños colombianos: "Es que después de 15 ó 20 años, cuando una madre biológica conoce su hijo, es que la historia de la adopción cambia. Cuando el hijo busca a la madre y la encuentra, es más difícil para confesarle que ella dio consentimiento. Y con la protecciones del convenio de La Haya, las irregularidades no existen hoy, o están muy escasas".
Raúl Vélez Vélez, abogado: Carta a Manuel Teodoro: "Como padre adoptante no puedo aceptar el daño que Ud. le está haciendo a los niños, niñas y adolescentes colombianos agregando un lado más oscuro a su pasado, ni que denigre de una legislación que sí los protege en sus derechos fundamentales. Además usted y su equipo están violando derechos constitucionales de nuestros menores. Con relación al daño a la imagen del ICBF, usted ha entrado en el área de la difamación".
Nosi2000, a través de la página web "Si el señor Manuel Teodoro considera que el lucro es lo que se mueve detrás de los procesos de adopción en Colombia, cómo es que la hermana de él, quien vive en USA, realizó con ICBF el trámite de adopción de una niña colombiana, quien sin duda ahora es la alegría de la vida de esta mujer. ¡Consiga rating de una manera más digna!
Paula García Gianotti: "Vivo en Buenos Aires, he adoptado a mis dos hijos a través del ICBF y no tengo más que palabras de agradecimiento por la excelencia en el cuidado de los niños, la gran cantidad de información y transparencia en el proceso y la calidez humana de los profesionales. Ni el ICBF ni sus funcionarios cobran suma alguna por parte de los adoptantes. Si, obviamente hay costos de los abogados, viaje, legalizaciones, traducciones etc. Lamentablemente el ICBF no puede defenderse como debería ya que las pruebas de por qué han declarado la adoptabilidad de los niños están en los expedientes de protección bajo reserva legal".
Paulina Plazas: "Soy colombiana viviendo en Estados Unidos, directora de cine, escritora publicada internacionalmente, pero, sobre todo, soy madre adoptiva de una niña colombiana. Contrario a lo que el programa Séptimo Día ha reportado, desde el momento en el que presentamos los documentos para la adopción hasta el momento en el que salimos de Colombia, no tuvimos que dar ni un dólar como retribución de la adopción. Nuestra experiencia con los funcionarios del ICBF fue única y maravillosa. La calidad humana y amor con el que cuidaron a nuestra hija desde su nacimiento fueron evidentes a cada paso de nuestro trayecto. Tras finalizar el proceso de adopción en Colombia hemos estado en contacto con muchas familias que han adoptado allá: su experiencia con el Instituto, como la nuestra, es testimonio de transparencia y seriedad. En el caso de nuestra hija, el ICBF agotó todos los medios posibles para lograr cualquier revinculación con su familia biológica. Ojalá Séptimo Día entienda el daño que le hace no solo a dicha entidad, sino a la adopción en Colombia. Les pido por favor que cuenten la historia que Séptimo Día ha dejado olvidada en el cuarto de edición".
Paulina Jaramillo, creadora de la petición a favor del ICBF: "Hace un año adoptamos a nuestro hijo a través de ICBF y estamos ofendidos por el contenido y el mensaje del Señor Teodoro y sus colegas. He creado una petición para condenar este programa y apoyar al ICBF para que las voces de las familias adoptantes no se pierdan en la distancia".
Carolina Martínez Bretón, defensora de los niños: Amigos, firmémosla, cada vez que usted firme le llega un email a Manuel Teodoro. Ya lo han hecho 140 personas: http://www.change.org/petitions/stop-the-misinformation-about-icbf-and-the-adoption-program.
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