Esteban Jaramillo


Esteban Jaramillo
LA PATRIA | Bogotá
Tenía abierta la puerta para la salida de Pompilio Páez la junta directiva del Once Caldas, cambiando así el escenario de la crisis de rendimiento y resultados que afronta, pero cuatro de los cinco miembros optaron por darle largas al delicado asunto, prolongando la agonía dos partidos más. Vienen los duelos inmediatos con Quindío, para determinar continuidad o salida del entrenador de turno. Sin criterio, entonces, si necesitan dos partidos para conocer las verdaderas condiciones y características de Páez, sin advertirlas durante el tiempo que ha estado en el cargo. O lo dejan con convencimiento pleno en sus conocimientos o lo liquidan porque el asunto no aguanta más. Persiste la costumbre autodestructiva de mirar para otro lado, sin darle cara a los problemas graves, con soluciones radicales, trasladando la crisis de manera peligrosa a las tribunas donde no hay perdones ni debilidades críticas. O a las redes sociales, donde la tolerancia esta en cero por los malos momentos.
Se tardan demasiado los miembros de la junta, en identificar los males por temor o por desconocimiento. De ser así, como está demostrado, más tardaran en encontrar las soluciones. Evalúa el dirigente o la comisión técnica, si es que existe, pero ingenuo es aquel que recurre al jugador para tomar una decisión de este tipo, conscientes de que en el mundo de la pelota no hay futbolistas que señalen acusadores a su técnico, por el riesgo a perder la titularidad. Hay otras muchas maneras de indagar el porqué de un inadecuado rendimiento, sin llegar al canibalismo que sacrifica entrenadores sin mediar análisis.
Podría interpretarse que la ratificación condicionada, es una estrategia dirigencial para intensificar los contactos con Osorio, ya renunciado en Puebla. Sin embargo a este se le siente molesto, como tantas veces se ha dicho, por los incumplimientos en pagos prometidos. Surge entonces la posibilidad de Eduardo Cruz, sin experiencia en primera, a quien le darían el cargo en propiedad y no interino, en arriesgada apuesta. Es apta la nómina del Once Caldas y requiere para enderezar el rumbo una mano dura, porque responsabilidades también tiene los jugadores, algunos en deplorable forma.
Nota al margen: en lo deportivo, mención especial para Mario González y Avimiled Rivas. Vuelan los dos, en destacada forma. Injusto no identificar en ellos su profesionalismo actual.
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