Leonardo Pineda


leonardopinedatanaka@hotmail.com
Para los espectadores más desprevenidos es importante contextualizar un poco lo que ha sido el fenómeno de taquilla de los últimos meses, hablo de la película de Peter Jackson El Hobbit, originalmente llamada The hobbit an unexpected journey, precuela de la trilogía El señor de los anillos y basada en el libro del británico John Ronald Reuel Tolkien escrito entre 1920 y 1930. El imaginativo Tolkien creó un universo lleno de seres fantásticos, inicialmente para entretener a sus hijos, que finalmente terminó por encantar a todo el que leyera sus fascinantes relatos. Tolkien desarrolló un mundo lleno de magia, creó un espacio físico en su mente que trasladó a las palabras de manera magistral, pero lo más importante es que lo hizo de manera atemporal, de ahí que el encanto por la novela se haya conservado intacto por tantos años. Sin embargo, cuando Peter Jackson quiso hacer la película fue convencido de la mayor aceptación que tendría la trilogía de Frodo por considerarse El Hobbit mucho más infantil. Gracias al éxito de El señor de los anillos, los productores decidieron darle vida a Bilbo Bolsón, futuro padre de Frodo, para mostrar el viaje fantástico que emprende junto al mago Gandalf y un grupo de enanos para recuperar un tesoro. La mitología de esta película es similar (obviamente) a la del Señor de los anillos y suena hasta ridícula la crítica que hacen algunos detractores de la misma por considerarla una copia, lógicamente deben existir elementos comunes puesto que esta es la precuela de la trilogía. Estoy de acuerdo con que el cuento de las precuelas no es muy efectivo a la hora de buscar espectadores, pero viendo la película como unitaria y descartando toda la información que ofrecieron las tres anteriores, es una verdadera joya.
Obviamente, los nuevos fanáticos tendrán la oportunidad de valorar la continuidad del tiempo y ver después la trilogía, pero nadie sale decepcionado por tratarse de una historia llena de momentos maravillosos y con una calidad visual invaluable. El uso de la tecnología en función del guión se encuentra totalmente justificado en esta entrega, pues lo que hace es engrandecer aún más la novela. Otro acierto fantástico fue la elección del casting, pues Martin Freeman se luce en el papel prestándole al hobbit no sólo sus rasgos de bondadosa ingenuidad sino que logra transmitir con su actuación ese sentimiento de entrega, generosidad, lealtad y valor con el que le describe Tolkien en la novela. Cabe recordar que esta entrega de El Hobbit: El viaje Inesperado es la primera de tres, que se completarán con los estrenos en 2013 de El Hobbit: La desolación de Smaug y en 2014 El Hobbit: Partida y regreso.
Vale la pena ver en familia esta fantástica producción, para los aventureros la 3D les ofrece una experiencia genial y para los más clásicos las versiones en 2D vienen subtituladas o dobladas; lo realmente destacable es que esta película muestra la importancia de valores fundamentales en la vida de los seres humanos y la forma como la aplicación de los mismos lleva a individuos comunes a realizar cosas extraordinarias.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015