Andrés Hurtado


Andrés Hurtado García
Seguimos en el Parque de los Guácharos donde existen dos cascadas: la Cascajosa y la Cristales; el tiempo solo nos alcanzó para ver la Cristales, cuyo chorro mide más de 20 metros de altura y su caída es libre en medio de un bosque de lujuriante verdor. Al regreso pudimos ver el pájaro más bello del Parque, el gallito de roca, cuyo nombre científico es: Rupícola peruviana. Es el ave nacional del Perú, de allí el nombre de peruviana. Hace poco en Costa Rica invertimos toda una mañana para poder fotografiar el Quetzal, ave emblemática de Guatemala. Hicimos muchas fotos a la bella hembra y solo dos al bellísimo macho.
Sabemos que entre las aves, a diferencia de lo que ocurre entre los humanos, el macho es más bello y colorido que la hembra. En los gallitos de roca el dimorfismo sexual está bien marcado. La parte superior del macho es de color anaranjado brillante, que puede confundirse con el rojo y la parte inferior negra. Con la misma disposición de colores, en la hembra una parte es marrón oscura y la otra negra. Siendo la naturaleza sabia, ha hecho que a diferencia de otras especies de pájaros en las que macho y hembra se turnan para calentar los huevos, aquí el trabajo está reservado a la hembra, para que su color marrón oscuro no la delate entre el verdor del follaje y no atraiga así a los muchos enemigos que tiene la especie, entre aves rapaces, reptiles y mamíferos carniceros.
Hay dos especies de gallitos de roca: el ya mentado Rupícola peruviana y el Rupícola rupícola, este último de las Guayanas.
Los ornitólogos clasifican a los gallitos en la familia de las cotíngidas. Su alimentación es totalmente frugívora, lo que hace de estos bellos pájaros unos dispersores maravillosos de especies. Se encuentran en toda la selva amazónica desde Colombia hasta Bolivia. El sabio Humboldt los observó en el Orinoco donde ya prácticamente no existen debido a la cacería irracional de que han sido objeto. En efecto, son muy perseguidos por su bello plumaje realzado por la cresta que llevan siempre desplegada. Están en vía de extinción y por ello figuran en la Lista Roja de la UICN, Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza. Se encuentran en los bosques húmedos y suelen hacer los nidos en las rocas, de ahí su nombre de rupícola (habitante de las rocas).
La hembra escoge al macho que mejor baile y que sea puntual a presentarse al sitio escogido dentro del bosque para el “bailadero”. Este es un lugar del bosque escogido por los machos para hacer los enamoramientos y a él acuden machos y hembras para las conquistas. En quechua su nombre es tunki y en Colombia les dicen también berreador y chaperón. El gallito de roca fue escogido como su símbolo por la Sociedad Vallecaucana de Ornitología.
Plenos, felices por la emoción de haber podido ver y fotografiar el gallito de roca, entramos a la cueva llamada Chiquita. Su nombre es sobradamente apropiado. La entrada es baja y la sigue un corredor estrecho de unos 15 metros por el que hay que avanzar de rodillas. Traemos el recuerdo de los totazos que nos dimos en la cabeza por levantarla antes de tiempo.
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