Andrés Hurtado


Iniciamos la vuelta, como todos los que la hacen, por la ruta sur hacia el este. Luego de salir de la Laguna Azul entramos a una amplísima zona cuyo suelo es totalmente negro y húmedo; se trata de lavas y arenas, producidas por la fusión de los glaciares. Los geólogos llaman sandur a estas formaciones. Estamos en dominios del volcán Hekla, del que ya hemos hablado. El paisaje es lunar y desoladamente bello. ¿Bello? ¿Lo desolado puede ser bello? No todo lo desolado es bello, pero hay desolaciones que sí lo son, sobre todo por lo que sugieren. Recuerdo, una vez más (y para ello solicito la comprensión de los lectores) la bella estrofa de Miguel Rasch Isla.
"El dolor es el alma de las cosas
y más si son efímeras y bellas;
quizás por ello nos parecen ellas
tanto más tristes cuanto más hermosas".
Para recuperar estas zonas e impedir, en lo posible, que el polvo llevado por el viento cubra la carretera, han traído de Alaska una planta llamada "Lupinus" por los científicos. A lo largo de los ocho días de viaje gozamos en muchísimas partes del espectáculo de los campos cubiertos por kilómetros y kilómetros de sembrados de "Lupinus", que estaban florecidos. El color azul de los millones de plantas alegra el paisaje oscuro del sandur.
Este "Lupinus" es una planta muy nuestra en tierra fría y subpáramo. En las tierras altas de Cundinamarca tenemos el "Lupinus verjonensis". A simple vista no encontraba ninguna diferencia entre nuestro "verjonensis" y la planta de Islandia, cuya especie desconozco. En Ecuador y Perú consumen esta matica en ensalada. Nosotros tenemos la reina de los "Lupinus" en la alta montaña. En el Nevado del Ruiz y en los páramos más altos de nuestro Parque Nacional de los Nevados crece el "Lupinus alopecuroides", que es para mí la planta más bella, si no la más, de la botánica del planeta. A primera vista, y a segunda también, los profanos, que somos muchos, no encontramos cómo los "verjonensis" y los "alopecuroides" sean del mismo género. ¡Son tan distintos en las hojas y sobre todo en la inflorescencia!
La flor del "alopecuroides" es una mazorca alargada y puede alcanzar medio metro. De la mazorca brotan unas florecitas azules que se convierten en una especie de algodón blanco que cubre todo el cuerpo de la flor; de esta manera la mazorca queda convertida en un copo blanquísimo. Y si este "Lupinus" crece en medio de las formaciones redondas y duras que son los cojines, el espectáculo vegetal puede ser, lo aseguro, el más bello del mundo.
Volvamos a Islandia. En medio de este desierto negro florecido de azul, se encuentra el pueblo de Hvolsvöllur. Allí hay un museo de las sagas y contiene desde armas, vestidos y textos de los antiguos vikingos y sus relatos épicos. Viajábamos por una meseta relativamente alta y bajamos a otro bello pueblo. Aquí, en Islandia, ya lo dije, todos los pueblos son bellos, parecen hechos primorosamente a mano. El pueblo se llama Hveragerdi. Desde lejos veíamos ya los invernaderos. En esta zona se produce un porcentaje muy alto de las verduras de Islandia. En esta zona el subsuelo es particularmente rico en fuentes termales que son utilizadas con fines que van desde los comerciales hasta los domésticos. ¿Hay muchos árboles en Islandia?
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