Jorge Raad


Los problemas, más que soluciones, derivados del proyecto de ley, que supuestamente transformará para bien el Sistema de Atención en Salud de quienes residan en Colombia, son evidentes. La sociedad con sus diferentes organizaciones, del sector salud y de otras, se han pronunciado en contra, de lo general y lo particular, del proyecto. Se evidencia un clamor solicitándole al gobierno el retiro de la propuesta para estructurar una mejor.
En honor a la verdad, el artículo 5 del proyecto, los principios del Sistema, sin radicar en la Cámara de Representantes para su tránsito final en el Congreso, merecen una consideración especial.
En los 22 literales, está contenida toda una filosofía social, Si se aplica en casi toda su extensión sería capaz de modificar aquello que entorpece la obtención de una atención adecuada.
Universalidad: Para todos sin distinción de edades. ¡Esperanza! Solidaridad: Recíproca colaboración entre personas, generaciones, sectores y comunidades para garantizar el acceso y la sostenibilidad del Sistema. ¡Increíble! Eficiencia: Optimización. ¡Imprescindible! Igualdad: Sin ninguna discriminación, con la preeminencia de los niños. ¡Una fortuna! Obligatoriedad: Todos dentro del Sistema. ¡Ojalá!
Equidad: Se garantiza atención a los grupos vulnerables, de escasos recursos y de protección especial. ¡Cumbre social! Calidad: Traducida en personal con pericia, diligencia y prudencia; además de la tecnología, la oportunidad, la seguridad y la integridad. ¡El paraíso! Participación social: Compromiso de la sociedad en la organización, gestión y fiscalización. ¡En la gloria!
Progresividad: Discutible en parte; la mención de reducción de barreras es mejor cambiarla por eliminación, porque las actividades esenciales no deben estar limitadas a la capacidad administrativa y económica del Estado. elección libre: De gestor y prestador, lamentablemente dentro de una oferta disponible y restringida, -merece una reconsideración especial buscando más apertura-, siempre y cuando el responsable por el servicio final esté habilitado por el Estado. Sostenibilidad: Recursos legales disponibles pero con una limitada y discutible disposición fiscal. ¡Se regresa a la preponderancia de la capacidad financiera por encima del derecho!
Transparencia: Cabe de todo. Descentralización administrativa: Fundamental e incluye la participación de las Entidades Territoriales. Complementariedad y concurrencia: Incluido ampliamente en otros literales. Corresponsabilidad: Promueve el cuidado de la familia, la sociedad y el autocuidado, cardinal si se implanta y desarrolla adecuadamente. Irrenunciable: La Seguridad Social en Salud, es un derecho irrenunciable.
Intersectorial: La definición y comprensión de salud, no es solamente carencia de enfermedad, obliga a ello. Integralidad: Garantiza la atención en todas las fases, desde la educación hasta la rehabilitación, con calidad incluyendo todos los elementos esenciales para lograr la meta médica en cada paciente o familia, sin fraccionar la responsabilidad.
No embargables: Los recursos públicos no pueden estar sometidos a procesos de embargos y no pueden ser desviados de los fines constitucionales y legales. Prevalencia de derechos: Además de los niños, ya enunciados, los adolescentes y las embarazadas. Oportunidad: Ya incluido pero se hace énfasis en la atención sin demora de los pacientes que lo requieran.
Sin temor a errar, el marco legal enunciado es absolutamente comprometedor para todos: el Estado, las supuestas gestoras,- el reemplazo (?) de las Empresas Promotoras de Salud, EPS-, las instituciones prestadoras de servicios y la sociedad en cumplimiento de sus papeles fundamentales: Objeto de la atención en salud y fiscalizadoras de todo el proceso.
También han persistido las voces que expresan que el Sistema es inviable financieramente. Con ello se apunta a un incremento porcentual de los cotizantes. Aquí es importante que los colombianos conozcan la realidad en cifras no en palabras.
El problema vuelve a radicar en quien hará cumplir la ley sin los vericuetos que existen hoy en donde cientos de miles de tutelas tratan, solo tratan porque los desacatos pululan sin solución, de restablecer el derecho a la atención en salud. Se necesitan instituciones: centralizadas o preferiblemente descentralizadas con poder, técnicamente eficientes y justas, para vigilancia y control. ¿Ah, quien va a administrar 41 billones de pesos al año?
Nota: Los candidatos a rector de la Universidad de Caldas, deberán tener un concepto definido y conciso sobre el Hospital Universitario.
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