No conozco a la rana Pristimantis viejas o a la salamandra Bolitoglossa lozanoi, pero tengo pesar de ellas: su hogar en el Magdalena Medio caldense está peligrando por "un mal cálculo de Isagén" (El Espectador, 12 de mayo de 2012). El deseo de esta empresa eléctrica de ampliar el embalse de Amaní (que hace parte de la Central La Miel) con la construcción de un túnel, secó al menos 22 fuentes hídricas que brotaban de la montaña y que irrigaban fincas y servían de hogar a la ranita y a la salamandra.

Como el desarrollo no lo para nadie, la solución de Isagén -según denuncia El Espectador- fue comprar los predios afectados y tratar el asunto "con sigilo". O sea, pagaron el silencio del daño ambiental para "convertir un problema en una oportunidad", como dijo Luis Fernando Rico Pinzón, gerente general de Isagén. Por eso es que en este país nada sale bien, porque todo es chueco. Sin planeación adecuada, o con el torcido de por medio. Desde la protección al medio ambiente hasta los destinos económicos nacionales.

Entró en vigencia el TLC con los Estados Unidos y -a pesar de que tardaron siete años en su negociación- no usaron este tiempo para mejorar las vías (carreteables, férreas, navegables y aéreas) y puertos nacionales. Por el contrario, los contratistas amangualados con los políticos se robaron la plata de las carreteras en desfalcos billonarios. Firmaron un tratado que, por falta de infraestructura y desarrollo, nos somete a ser consumidores. Eso de que nuestras exportaciones crecerán un 25% en el primer año y se van a crear 380 mil nuevos puestos de trabajo es una quimera.

Entrando en lo regional, no más el jueves pasado, durante un desayuno que se ofreció a diferentes representantes de medios de comunicación, el gobernador de Caldas Guido Echeverri dijo que muchos de los proyectos que se tienen para el desarrollo del departamento (Aerocafé, vías terciarias, lugares turísticos...) no se han ejecutado, porque no hay plata, y si la hay los contratos no cumplen con lo que se exige. Aunque creo que es porque hay intereses de particulares por detrás.

Por ejemplo, afirmó que el Grameen Bank (banco de los pobres) "no es un proyecto viable". ¡Y cómo lo va a ser! Si se feriaron el dinero para montarlo (unos 5 mil millones de pesos) en proyecciones, documentos y carreta. ¿Podrá Caldas ser competitivo de esta manera?

Es detestable leer y escuchar cómo son y funcionan las cosas en este país: las licitaciones, los contratos, el sistema de salud, las pensiones, los carruseles... hasta las burradas de las directivas del Once Caldas; una sociedad anónima administrada por cuatro gatos (¿se quedarán ellos con la plata que va a entrar por televisión?). O que el Cable a Villamaría lo paran porque la forma en que se adquirieron los predios (que supuestamente son patrimonio histórico) fue "viciada" e "ilícita". Todo chueco.

Peor todavía es ver cómo el expresidente Álvaro Uribe aprovecha el atentado contra el exministro Fernando Londoño Hoyos y la muerte de dos de sus escoltas para polarizar el país. Eso es de una mente retorcida y amarga, y sus ‘trinos’ de verdulera son tan malos como una bomba lapa. El ‘ubérrimo’ está en todo su derecho de cuestionar las políticas estatales y la posible desmejora de la seguridad nacional, pero en estos momentos se busca es la solidaridad y el apoyo de líderes como él para no caer en el juego de los terroristas.

El periodista Alonso Donado, en su libro De la información a la opinión, afirma que "La columna de opinión prevé lo que puede suceder. Valora e interpreta lo sucedido, y dicta lo que hay que hacer para evitar que acontezca algo que no debe pasar. Al interpretar da una valoración objetiva (realista, concreta, apegada a los hechos) de algo o alguien". Siendo así, esta Colombia está perdida.

Siempre he creído, de manera necia, que la solución a esta situación está en la gente. Quienes nos representan y velan por nuestros derechos hace rato nos dieron la espalda. Y nosotros a ellos, pero para que nos sodomizaran. La Constitución resultó siendo un pasquín manipulable a gusto de los intereses políticos y económicos, por eso creo que la solución no está en una revolución política, pues todo lo que la rodea está viciado. La revolución debe ser cultural; de aceptación, tolerancia y respeto hasta con el medio ambiente.

Un Estudio Nacional del Agua del año pasado concluyó que la oferta hídrica del país es seis veces superior a la oferta mundial y tres veces mayor que la de Latinoamérica. Recomienda, sin embargo, la preservación de este recurso natural, pues cada vez es más escaso. Entonces, flaco favor el que nos hace Isagén al acabar con esos 22 riachuelos y por ahí derecho con las salamandras y el canto de esas ranitas, especies endémicas y protegidas. Cantan mientras desaparecen, como nuestras oportunidades bajo la fantasía de un futuro mejor.

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Terrible el atentado contra el polémico Fernado Londoño Hoyos y la muerte de sus escoltas. Preocupante la hipótesis de las autoridades de que fueron las Farc asociadas con algunas Bacrim quienes están detrás del ataque. Y meritoria la labor de los médicos al extraerle una esquirla cercana al corazón del exministro, al que creía carente de este órgano y también de hígado.