Alejandro Samper


Me alegro de que al presidente Juan Manuel Santos le haya ido bien en la cirugía en la que le sacaron un tumor de la próstata. También me alegro de que el vicepresidente Angelino Garzón esté mejorando luego del derrame cerebral que sufrió hace unos meses. Me alegro por ellos. Que estén "divinamente", como dijo uno de los médicos que los atendió.
Pero si existiera una justicia divina a la colombiana, a ambos los debieron atender en una EPS, una de esas que desangran el sistema de salud y no prestan un servicio adecuado a los pacientes. En un Coomeva, Nueva EPS o Saludcoop (del régimen contributivo), o Cafesalud, Salud Total y Solsalud (del subsidiado). Según el defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, y reportó El Espectador el pasado 17 de agosto, estas entidades fueron las más entuteladas por los colombianos en 2011 para hacer valer sus derechos a atención médica, medicinas y tratamientos incluidos en sus Planes Obligatorios de Salud (POS).
A Santos le debieron haber recetado un acetaminofén y la cita con el especialista se la debieron haber dado para dentro de cuatro meses. En enero del próximo año, después de todas las fiestas, como le ha sucedido a varios pacientes prostáticos. Y a Angelino no le debieron mandar un escuadrón de especialistas a la casa como lo hicieron. Él debería hacer fila desde las 2:00 de la mañana frente a una clínica, envuelto en una cobija y con gorrito de lana, a la espera de que le den una cita de control. Como le pasa a cientos de colombianos que padecen este sistema de salud desangrado por los intermediarios y administraciones corruptas.
Si nuestros dirigentes tuvieran que pasar por estas situaciones, tal vez pensarían en una decisión radical para cambiar el sistema de salud nacional. De acabar la Ley 100 de 1993, por ejemplo. La Contralora General de la República, Sandra Morelli, dijo en entrevista al portal kienyke que el sistema de salud actual "genera estímulos perversos y vacíos que permiten que los recursos se desvíen".
"Hay mucha plata en el sector salud y no se traduce en servicios. Aquí vemos que hay más un negocio financiero, aparte de las prácticas perversas. Es un sector que tiene una economía en muchos aspectos creada mediante prácticas que no corresponden a la lógica del mercado y por eso se afrontan costos altísimos, se deben recursos impresionantes. Pienso que hay que tomar medidas de fondo (…) Tenemos una mala administración hospitalaria, además de los casos de corrupción", señaló la Contralora.
No creo que ella haga cola en una EPS para que la atiendan, pero al menos está al tanto de la situación.
Los problemas de salud de Santos y Garzón deberían servir como reflexión de la situación de los enfermos en Colombia. Para poner de nuevo el tema de la salud sobre la mesa. La discusión, sin embargo, se quedó en que si el vicepresidente es un incapacitado o un discapacitado para ocupar el cargo.
Este alegato, propuesto por el presidente del Congreso, Roy Barreras, y seguido por Garzón, solo evidencia que ambos son idiotas. O sea, son discapacitados. En términos médicos, la idiotez es una enfermedad mental que consiste en la ausencia casi total en una persona de facultades psíquicas o intelectuales. No creo que el vicepresidente sea un idiota por llevar sudadera a toda hora, pero sí deja mucho qué pensar de sus facultades mentales el entrarle al juego a Barreras.
Y Roy... pues un estudio de la Universidad de Duke indica que el anoles, un lagarto tropical de Puerto Rico, es uno de los reptiles más inteligentes del mundo porque es capaz de diferenciar colores. Roy ha demostrado ser ciego a colores e ideologías.
También son incapaces. Idiota es una palabra derivada del griego "idios", que empezó usándose para señalar a aquel ciudadano privado y egoísta que no se preocupaba de los asuntos públicos. Nuestros gobernantes han sido incapaces de asumir con responsabilidad los asuntos públicos, especialmente el de la salud. Insisten en mantener las EPS; fortines políticos de muchos politiqueros regionales ansiosos de un porcentaje de los $28 billones que tiene el Estado para financiar la salud.
Pero todo anda "divinamente". Si Santos y Garzón están aliviados, el país está aliviado. Y Roy... no debería preocuparse de que el país se vaya al garete. Si acaso irá "al garetas", porque así estará el Presidente, después de su cirugía en la próstata.
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