…No hay santa Lucía que valga y eso es lo que le está pasando a los bogotanos, quienes están encartados con el alcalde Petro. Desde que se implementó la elección popular de alcaldes casi todas las ciudades del país han tenido gobernantes buenos y malos. Bogotá no ha sido la excepción. Hay que tener en cuenta que después de la elección es muy poco lo que se puede hacer porque hasta ahora la medida de revocatoria de mandato no ha funcionado en el país.

Los bogotanos están esperanzados en tumbar al doctor Petro. Claro que si se empeñan en esto puede ser peor el remedio que la enfermedad. El proceso de la revocatoria del mandato puede sumir a Bogotá en un caos mayor. La defensa de Petro para que no lo tumben y después el nombramiento del remplazo paralizaría totalmente a la ciudad. Pero tal como están las cosas, se puede dar un procedimiento "abreviado", es decir, que lo tumben los organismos de control y vigilancia, porque la verdad, Petro, está haciendo todo lo posible para que esto se dé. Con la mera expedición de la urgencia manifiesta para solucionar el caos en el manejo de las basuras de la ciudad -que fue generado por una ineficiencia administrativa-, tiene para quedar bastante enredado.

Petro llegó a la administración gracias a la división que se dio entre Peñalosa y Gina Parody, es decir, no era el alcalde esperado por los capitalinos. Como senador, el doctor Petro se había destacado por sus debates en el congreso y especialmente por su estilo de criticar a todo el mundo. Pero nunca había sido gobernante, ni siquiera empresario. Esa falta de experiencia y su estilo lo han llevado a manejar la ciudad más importante del país con un alto grado de improvisación.

Por muy atrasado que esté el país, no hay derecho a que las basuras de nuestra capital sean recogidas por unos operarios inexpertos, que se emparaman de lixiviados por el hecho de tener que subir unas bolsas y canecas a tres metros de altura para depositarlas en unas volquetas no aptas para esta actividad y que para remplazar estos vehículos se alquilen unos totalmente oxidados y podridos.

Se dice que un buen gobernante debe estar bien conectado con su comunidad y saber cuáles son sus principales problemas. En el caso de Bogotá no se necesita ser muy experto, para tener claro que el principal problema es la movilidad; sin embargo, para atender este tema el alcalde no ha hecho nada y se enfocó a trabajar en el cambio de modelo de recolección de basuras de la ciudad, tema sobre el que la comunidad no tenía mayores quejas. Decisión que le ha generado toda clase de críticas y estuvo a punto de producir un caos ambiental. Finalmente debió reversar la decisión, con lo que además se salvó de que se amotinara toda la ciudad y lo tumbaran por las vías de hecho.

Sin embargo, como todas las propuestas que se hacen, debe ser analizado con detenimiento el planteamiento del doctor Petro. Considero que hay una gran parte de la comunidad que ha venido adquiriendo una conciencia ambiental y están interesados en hacer la separación en sus casas de los residuos aprovechables.

En ese punto no solo los bogotanos pueden participar activamente. Lo debemos hacer todos los colombianos y para el efecto, nos debemos capacitar para que el programa funcione. Los recicladores recogiendo ordenada y cumplidamente los productos reciclables, los generadores de basura separándola adecuadamente y disponiéndola en los horarios y en los sitios establecidos, y la industria comprando estos materiales a precios razonables y utilizándolos como materia prima.