Jorge Raad


El tema gravita desde hace muchos años y hace el tradicional círculo para estar en su apogeo y seguidamente pasar a un segundo plano. Y así permanece entre el sí y el no, como recordó la semana anterior LA PATRIA sobre lo oportuno de aumentar un año más, para algunos dos, el bachillerato.
Las causas, de toda clase, oscilan entre obtener una mejor formación, incluyendo una mejor instrucción preparatoria para la educación superior o tecnológica, y el argumento de la juventud con la que están terminando quienes finalizan sus estudios de la básica secundaria, de lo cual hay múltiples conceptos.
En la actualidad un joven de 16 años, como mínimo ha estado escolarizado entre 13 y 14 años. Es tiempo suficiente para lograr lo que se pretende desde el enfoque formativo integral para entregarlo con altas calificaciones y capacitado para avanzar en la vida en cualquiera de las áreas que le pueden esperar y a las que se va a dedicar.
Los jóvenes que entran a la educación superior, en sus distintas modalidades, tienen menos edad que hace cincuenta años cuando los más imberbes, pocos, con escasos 17 años llegaban a las nuevas aulas o campos de práctica. Actualmente, a diferencia de esa época, afortunadamente, obtienen más del 50% de los cupos, lo que representa la pirámide poblacional moderna.
Tiene razón el educador Francisco Cajiao cuando enuncia que en educación es necesaria una reforma estructural que permita otra clase de procesos, porque los jóvenes están en otras esferas formativas muy diferentes a las tradicionales y cada vez más rápido el cambio.
Los educadores deben entender, aunque algunos ya lo hacen, su inmenso papel en el contexto actual y futuro de los ciudadanos. Esto parece como una repetición sin sentido, pero es la esencia del proceso de formación junto con el apoyo indispensable de la familia, lo que se ha dejado de lado en parte. El maestro es vital en la estructura de la personalidad del joven y en la obtención de los logros de instrucción. Todo bajo esquemas de avance continuo adaptado a cada persona sin que el tiempo implique lagunas y menosprecio por los objetivos básicos que debe completar cada estudiante.
La disyuntiva entre más años o jornadas dobles, debe resolverse a favor de lo último, diversificadas e integrales, que le permitan al joven una más completa formación bajo diferentes tópicos. A pesar de toda la tecnología disponible para lograr información, nunca antes disponible para los estudiantes y profesores en forma oportuna y completa, todavía existen sectores en donde cada joven y su profesor no disponen de ella permanentemente.
La reforma debe considerar todos los ciclos y enlazarlos en una verdadera revolución en la formación de los jóvenes colombianos. No puede seguir la costumbre de dedicar 1 o 2 años a la preparación exclusiva de las pruebas de Estado, se pierde tiempo precioso para las actividades formativas. Por ello hay que preguntar: ¿Y, lo demás? Las universidades deben tener otros sistemas para lograr un ingreso más justo a sus programas, basados en los méritos y la vocación.
Ahora, es necesario analizar si los estudios universitarios deben seguir con el número de años que tienen. El ejemplo es medicina. Para lograr un médico general competente no son indispensables todos los años que hoy se emplean. Hay que acabar con el mito de tantos años. También, terminar con la absurda medida de vacaciones anuales por más de 120 días. Los estudiantes universitarios necesitan de tiempo casi que exclusivo, con la salvedad que hay labores que ayudan a los jóvenes a formarse y les brindan un apoyo financiero parcial. El Estado, en sus universidades debe brindar el soporte completo comenzando por la gratuidad.
Nota: Según las informaciones periodísticas las universidades comienzan a dialogar con Servicios Especiales de Salud, sobre un Hospital Universitario. De nuevo hay esperanza.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015