Mario Cesar Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

De dos empates seguidos viene el Once Caldas, uno por la liga ante Equidad con mal sabor de boca por la falta de ambición, y el otro por la Copa en el verdadero clásico regional frente al Pereira, en el que los errores defensivos fueron muchos, y pasaron factura.
Sumar siempre será importante, y más por fuera de casa, por lo que el punto en Bogotá visto así tiene trascendencia, aunque inaceptable la presentación, que debió ser superior por respeto al buen número de seguidores blancos que llegó hasta el estadio de Techo.
No hubo un solo hincha que saliera conforme, y por el contrario todos se fueron pensando en la falta de actitud para ganar, y que no hubo la entrega suficiente, por lo que el planteo tanto como el producido individual deben motivar un análisis del trabajo adelantado.
Desde que comenzó el proyecto se sabía que no era fácil, que se requería de tiempo de adaptación por ser un equipo nuevo, pero ya van cinco fechas, y en un torneo que se resuelve en apenas 18, técnico que no haya encontrado la fórmula está colgado.
Quizá no sea el caso del Sachi Escobar porque con 8 unidades se está cerca de los líderes que llevan 11, pero Él mismo debe exigirse y construir sobre esa base de los resultados, en procura de una identidad de juego que no está clara considerando lo que va de campeonato.
Frente al Cali derrota jugando bien, ante Junior triunfo sin convencer, con Tolima en Ibagué gran actuación en el empate 2-2, regular y apretada victoria sobre Millonarios, e igualdad sin pimienta en la salida más reciente contra la ‘Bestia Negra’ de Equidad.
Lo primero, comprometer al grupo porque hay rendimientos personales muy bajos, y aquí no hay disculpa dado el cumplimiento en los pagos y el excelente acompañamiento que les hace la directiva, razones que regularmente generan el descontento en los clubes.
Luego, enseñar a que se juega, pues por pasajes este Once Caldas vende la sensación de que va al ritmo de los jugadores, es decir, sin sujetarse a un esquema, y expuesto a si ellos están en un buen día, lo que no debe ser porque la regularidad de las unidades en ocasiones también es responsabilidad de sus orientadores.
Duro análisis, pero necesario, oportuno y real, y en el caso particular del entrenador para que acelere la impresión de su sello, dado que de ahí se parte para una exitosa campaña, y para que los equipos sean confiables, transmitan seguridad y logren jerarquía.
De Osorio se dirá lo que quiera, pero uno sabe que ataca más allá de que se desorganice en defensa, Gamero juega fútbol con volantes de manejo y su idea es tener la pelota, Alexis controla, pega, ‘Bolillo’ es ordenado y en cuestiones de marca casi inexpugnable, y que gusten o no es otro cuento, pero impregnan en sus escuadras el formato que los caracteriza.
Son apenas ejemplos, pero la verdad es que ante Equidad en pleno estadio no se vio el estilo del Once Caldas, que no parece estar definido, bien por tiempo, o repeticiones, no obstante que el Sachi ya hizo el recorrido por todas sus unidades para saber que le ofrecen.
Esta semana ante Pereira, en choque de mucho vértigo, con alegría en las áreas, se jugó al ritmo del visitante, sin imponer las condiciones que le exigía su mayor categoría frente a un cuadro de la B, lleno de dificultades, y cuyo presupuesto es abiertamente inferior.
Hoy llega Independiente Medellín, con una crisis de gol impresionante, acosado por la tabla del descenso, con apenas un partido ganado en la liga frente al flojo Alianza Petrolera, que complica por su fortaleza atrás, y con necesidades imperiosas.
Una interesante opción para despejar dudas, y empezar a  mostrar el Once Caldas que las circunstancias obligan por el confort y el respaldo que tiene, y que debe generar la conformación de nómina que posee, y los antecedentes con títulos de su director técnico.
Hasta la próxima…
macotal@yahoo.com