Mario César Otálvaro


Mario Cesar Otálvaro
LA PATRIA Bogotá
Como resultado válido lo hecho en la victoria sobre Fortaleza, tanto como el punto ante Patriotas en Tunja, en el que hubo debilidades ofensivas, quedando claro que el Once Caldas todavía está distante de encontrar un nivel de juego definido.
Lo esencial primero es hallar los complementos, para intentar, con un rendimiento personal elevado, moldear el colectivo, siendo insuficientes las dos fechas que hasta ahora se han disputado del campeonato.
Los cambios en defensa, cuatro para el partido inaugural en Palogrande, y dos más para el siguiente, retardan ese proceso, pero le brindan argumentos al técnico para formarse la idea del grupo que quiere en el campo, y que se aproxime a sus reales pretensiones.
Henao y Giraldo en sector de recuperación, así como Izquierdo y Jiménez arriba, lo mismo que Cuadrado, Pérez y Piedrahíta, fueron los repitentes en la jornada del viernes, y es evidente que a todos ellos todavía les falta.
Normal entonces que a cuenta gotas se vaya desarrollando la propuesta, con la confianza que genera un hombre trabajador como Flabio Torres, y en el entendido de que se requiere tiempo, y la ventaja de que no se está perdiendo.
Sumar es importante, ofrece tranquilidad, y construir sobre cifras es mucho más cómodo, para reforzar los puntos deficitarios, que luego de dos compromisos parecen enfatizarse en el quite de pelota en el medio, y en la eficacia de los delanteros.
Ante Patriotas fue bueno el período inicial del Once Caldas, con salida por las bandas, velocidad y rapidez en la apertura de cancha, y poca sensibilidad para definir, asunto que puede llegar a ser uno de los dolores de cabeza.
Las opciones desperdiciadas por Izquierdo, jugador veloz, hábil en el mano a mano, y por Jiménez, lento y sin reacción, obligan a poner ojos sobre esa zona, pues aparentemente se carece de un clásico goleador.
En el complemento, las variantes de Comesaña le dieron otra alternativa a Patriotas que manejo el balón, hizo posesión, encimó, se expuso al contrataque, pero que, al igual que su rival, tampoco tuvo capacidad para resolver.
De todas formas el Once Caldas ha dejado la sensación de tener un plantel para competir, así no tenga grandes estrellas, y el que se irá decantando con los entrenamientos hasta que fije su dibujo táctico, lo que por supuesto genera buenos augurios.
Y no es para menos, ya que incluido el cuerpo técnico son muchas las caras nuevas, y es elemental que esto conlleve una etapa de acoplamiento y de conocimiento, que bien aprovechada redundará en beneficio común.
Inclusive, y dentro de las características que se observan del grupo, se podría pensar en un onceno fuerte actuando por fuera si utiliza el pelotazo para sorprender, y ante el hecho de tener verdaderas gacelas por los costados.
En ese orden creo que Cristián Palomeque por sus condiciones puede llegar a ser el gran refuerzo de la temporada, pese a su juventud, urgiendo un trabajo específico de definición, que arrastre también a Izquierdo, por las dificultades de ambos en ese sentido.
Cuatro puntos de seis cuando apenas se está en formación, y con lo poco que había de gestiones pasadas, es un balance aceptable, considerando que aún no se tiene una nómina estable, la que se irá dando con el correr de los días.
Pero los vientos de cambio se sienten, se ganó en confiabilidad y motivación, se nota afán por progresar, y esto debe provocar ese respaldo único de la hinchada para recuperar ese lugar de privilegio que el Once Caldas merece por sus ejecutorias de comienzos de siglo.
Hasta la próxima…
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