Andrés Hurtado


Toda esta zona que vamos recorriendo es de suelo muy inestable y cenagoso debido a las numerosas corrientes que se originan en los glaciares. De hecho este tramo de carretera solamente fue construido no hace muchos años. Por ello los islandeses que querían trasladarse desde el oriente del país a la capital, desde Vic i Mirdal, por ejemplo, debían dar toda la vuelta al país, por el norte y el oeste, empleando en ello varios días. Construido el tramo de carretera faltante la distancia entre Vic i Myrdal y Reykjavik se cubre en pocas horas.
Continuamos el viaje transitando siempre entre campos de arena volcánica negra, llamados genéricamente sandur. Llevábamos siempre a la izquierda paredes verticales; de una de ellas se desprendía una enorme cascada, llamada simplemente "foss". Pero no era la única, de tal manera que no nos detuvimos a fotografiarla.
Así llegamos a Kirkjubaejarklaustur. La pronunciación de esta impronunciable palabra desafía la capacidad de turistas y visitantes. Los propios islandeses se refieren a este pueblo utilizando solamente las sílabas finales: Klaustur. Se dice con humor que el nombre del pueblo tiene más letras que habitantes el vecindario. El volcán Laki que se encuentra lomas y colinas arriba destruyó toda la región en una pavorosa erupción ocurrida en el siglo XVIII. Este sitio es uno de los más antiguos enclaves habitados de la isla. Monjes católicos buscando paz y soledad para la contemplación y la oración se establecieron aquí en épocas lejanas. Del monasterio no queda nada; todo se lo llevó la erupción del volcán.
Este desierto de arena negra de más de 1.000 kilómetros cuadrados es la prolongación terrosa hacia el mar del glaciar de Vatnajökull. Nos habían prevenido para no caer en la tentación de separarnos de la carretera para admirar algo interesante; el vehículo se puede hundir en la arena negra. Solamente se puede circular por la Ring Road o por los carreteables que se desprenden a ambos lados.
El tramo de que hablamos se construyó en 1974 para celebrar precisamente el 1.100 aniversario de la fundación del país. Recordemos que fue en 874 cuando Ingorfur Arnarson fundó la ciudad capital en la "bahía humeante" y así llamó a Reykjavik. Este desierto que estamos atravesando tiene otro nombre de esos casi imposibles de guardar en la memoria: Skeidararsandur. De esta manera estamos llegando al parque nacional de Skaltafell.
Llegados a este punto del relato digamos cuáles son las tres formas para distinguir a un islandés. Primera: en Islandia no se habla de cine rojo o cine porno, sino de cine azul. Así mismo se dice de tales películas en los países nórdicos; al fin y al cabo el poblamiento original del país se hizo con monjes irlandeses eremitas y con vikingos venidos de Noruega. Pregunté, entonces, si las bellas islandeses esperan también a su amado como un príncipe azul. Me dijeron que lo esperan de blanco sobre un blanco corcel. Segunda: la onomatopeya universal para referirse a los perros es: guau, guau.
En todas partes sí, pero no en Islandia, donde se dice: vlop, vlop. Tercera. Para la tercera solicito la comprensión de los lectores y ya se verá por qué. Usted no verá nunca a un islandés o islandesa sacándose los que sabemos de las narices con un pañuelo. Se deshacen de ellos simplemente sorbiéndolos hacia adentro. ¿Me hice entender? ¿Lo dije de manera decente?
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