Jorge Enrique Pava


Señor Gobernador:
Antes de proceder a expresar mis opiniones sobre la situación por la que atraviesa una de las empresas más importantes del departamento, quiero manifestarle que usted y su familia me merecen un inmenso respeto por todo lo que históricamente le han aportado a Manizales y Caldas, y por todo lo que ha significado la presencia de la estirpe Gutiérrez para el desarrollo de la región. Y es precisamente por eso, por el respeto que usted me inspira, que me he motivado en ahondar en el tortuoso proceso que vive su administración con la empresa Empocaldas S.A. ESP, y he solicitado información oficial constante y directamente en la empresa para tener una visión clara al respecto.
El individuo es dueño de sus sentimientos, de sus pasiones, de sus amores y de sus odios. El individuo es libre de sentir y de actuar, y ese fuero personal no puede ser allanado ni invadido por nadie. Pero cuando el individuo decide asumir la responsabilidad de un cargo público (y más si es de representación popular), ese fuero personal se ve interrumpido pues tiene que hacer abstracción de sus libertades particulares para limitarse a cumplir solo lo que la ley le permite. Aquí, a diferencia de la empresa privada, existen leyes y reglamentos especiales por los que se tiene que regir, so pena de incurrir en actos delictivos que no solo ponen en riesgo la libertad personal, sino también el patrimonio público. En el caso de Empocaldas, se han cometido errores que denotan más la soberbia, la improvisación y la pasión, que la cordura, la sindéresis y las buenas maneras.
Esto ha trascendido los límites legales y de ahí el cúmulo de denuncias penales y administrativas que hoy cursan en la Fiscalía y la Procuraduría en relación con sus actuaciones y la de sus funcionarios inmediatos.
Ha instaurado usted, señor Gobernador, una nómina paralela con el nombramiento espurio de un gerente cuyo reconocimiento legal carece de fundamento; y con ello, le ha otorgado a ese nuevo gerente unos derechos que pueden llegar a lesionar gravemente el patrimonio del Departamento de Caldas. Pero, adicionalmente, ha sometido usted a la picota pública a una empresa que viene mostrando una recuperación económica y administrativa indiscutible, y la ha puesto en tela de juicio y sometido ante terceros a una especie de limbo comercial que nada bueno le traerá en su futuro.
Se puede observar en los documentos oficiales cómo ese supuesto nuevo gerente aparece firmando en calidad de tal, la propia acta de su nombramiento, hecho que no solo denota unas inconsistencias anacrónicas sino un desconocimiento de los procedimientos legales que, en la administración pública, reviste inmensa gravedad.
Igualmente, gran parte de los hechos relacionados con su empecinamiento en cambiar abruptamente de gerente presentan inconsistencias de modo, tiempo y lugar poniéndolo a Usted en una situación nada favorable ni envidiable frente a la Procuraduría General de la Nación, ente que debería encargarse de velar por el cumplimiento cabal y formal de los servidores públicos.
Pero son muchas más las inconsistencias que se encuentran en los documentos oficiales. Son muchas las improvisaciones y muchos los yerros que se cometieron y se siguen cometiendo, pues en el afán de corregir extemporáneamente los atropellos y los errores legales, siguen incurriendo en nuevos exabruptos que seguramente le traerán las sanciones previstas en nuestra legislación.
En aras de discusión, quisiera preguntarle, señor Gobernador: ¿quién es el ordenador del gasto en estos momentos en Empocaldas? ¿Quién tiene el reconocimiento legal para actuar como representante de la empresa? ¿Quién firma los contratos, la nómina, los actos administrativos y demás documentos de la empresa? Si hoy se presentara una emergencia relacionada con el objeto de Empocaldas en algún municipio de Caldas, ¿a quién se acudiría para su solución? ¿Quién tendría la obligación y el deber legal de asumirlo? ¿Podría su nuevo gerente registrar la firma en alguna entidad bancaria como representante de Empocaldas? Las respuestas son obvias, doctor Julián, pero aún así se empecina Usted en presentar a un nuevo funcionario que carece de reconocimiento legal como el gerente de esa empresa. ¡Y eso es más grave de lo que Usted piensa!
Y una última pregunta: ¿de dónde han salido los dineros para pagar el sueldo de $8.101.398 que le determinó como asignación básica mensual al doctor Juan David Peláez Castro en el acta de posesión? ¿Cuáles son sus funciones, si no tiene el reconocimiento legal?
Señor Gobernador: como caldense me duele inmensamente todo lo que le ha pasado en los últimos años a nuestro departamento; me duele la forma como nos han vituperado en los medios de comunicación; me duele como nos han degradado, como nos han minimizado y como hemos perdido el espacio y el nombre que nuestros mayores (incluidos sus padres y abuelos) nos dejaron como legado invaluable. Por eso es necesario acudir a la cordura y despojarse de odios y pasiones y atemperarse para que, a través del entendimiento y las buenas maneras, encuentren una solución formal a este caso y no siga arriesgando a que este departamento aumente el número de mandatarios en tan solo un período constitucional.
Respetuosamente, Jorge Enrique Pava Quiceno.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015