El Carnaval de Riosucio es uno de los hitos culturales más representativos de Caldas y le da resonancias internacionales. Aún recuerdo con emoción el interés de Mario Vargas Llosa en el significado del Diablo del Carnaval, durante un Festival Internacional de Arte de Cali.

Según encuesta del Ministerio de Cultura de 2002, el de Riosucio es la fiesta folclórica con mejor imagen nacional y una de las más respetadas por su autenticidad. Solo lo superan en reconocimiento el Festival Iberoamericano de Teatro y el Carnaval de Barranquilla. Como no ha sido hecha otra, sigue siendo referencia válida. Ello explica que el Carnaval de Riosucio tenga cuatro declaraciones de patrimonio: municipal, departamental, del Mincultura y del Congreso.

Pero el festejo se debate desde hace años en una crisis profunda, que cada bienio hace temer por su realización. Por un lado, la organización tiene serias fallas estructurales y jurídicas. Por otro, el significado del ritual se pierde y ciertos aspectos de la fiesta se desarrollan sin sentido.

A pesar de que desde finales de los años 80 suenan voces para alertar sobre el desmoronamiento de la fiesta, apenas ahora la colectividad carnavalera cayó en la cuenta. La asamblea de la Corporación Carnaval de Riosucio estableció una comisión para estudiar los estatutos y mejorarlos o hacer otros. Tendrán cinco meses para presentar su proyecto. Es decir, el Carnaval hizo sano alto en el camino para enderezarlo y alejarlo del abismo en cuyo borde bailó hasta el pasado enero.

La comisión de 15 integrantes es llamada la Constituyente. Título con lógica, pues al fin y al cabo la fiesta es una parodia política que tiene lugar dentro de la República Matachinesca del Carnaval.

La misión de la Constituyente es dar piso jurídico y organizativo a una celebración que se hace… de milagro con los elementos con que hoy cuenta. Además, actualizar la estructura de la corporación y darle un esquema jurídico acorde con las necesidades de hoy. Debe recuperar una tradición centenaria y establecer sistemas de producción de eventos hoy desconocidos en Riosucio.

En octubre se sabrá si la más importante fiesta caldense perdurará en el tiempo y conservará las manifestaciones rituales que la hacen grande, atractiva y única. O si, por el contrario, seguirá su tránsito a feria de pueblo, en la cual lo único importante son las orquestas.

La recuperación del Carnaval de Riosucio es también tarea del Departamento y la Asamblea de Caldas. En Manizales no han querido entender que la fiesta es patrimonio departamental y saca la cara por la comarca. Lo hace mucho más que la feria manizaleña, con todo lo buena que sea.

Es tal la indiferencia regional, que para la edición de enero el Departamento aportó $5 millones, destinados a darles de comer a un montón de policías que fueron a pasear, porque no hicieron ni estorbo. Sin la menor vergüenza, el Gobernador fue a mostrarse en el Desfile de Entrada del Diablo, a redituar políticamente lo que no dio.

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Corrección: En la Cuartilla del 20 de marzo, ‘¿Qué se hicieron aquellos magistrados?’, escribí la frase "se admiraba la oratoria forense de Fernando Londoño Londoño y Horacio Gutiérrez Estrada, quienes a fuer de brillantes expositores…". Pero un corrector, no contento con el arcaísmo, cambió la frase por "a fuerza de brillantes expositores", haciéndome decir que los citados eran oradores a la fuerza, cuando la idea es que por razón (significado de ‘a fuer’) de su brillante oratoria exaltaban la condición humana de sus clientes.

Como decía el inolvidable Pancho Villegas, entrenador del Once Caldas, a un arquero muy malito: "Los balones que van para adentro, dejalos [sin tilde] entrar. Pero los que van para afuera, no los metás" [con tilde, corrector. Son expresiones populares].

Coletilla 1: Ya que menciono el Once Caldas, bueno fuera que alguien les hiciera una charla a los futbolistas de este equipo, para contarles quién fue el fallecido Oswaldo Pérez. Y que les muestre cómo fue ejemplo de entrega, pundonor, vergüenza deportiva y amor por la institución. La mayoría carece de esos conceptos.

Coletilla 2: El actual entrenador del Once, Tito Cortés, está cumpliendo su promesa de dar continuidad al proyecto de Flabio Torres: no ha ganado un solo partido. Y está haciendo la media pastusa: empata en casa y pierde por fuera.