Álvaro Gartner


Hasta los estadounidenses, que son la mata del refinamiento, quedaron asombrados con el debate del domingo pasado entre Hillary Clinton y Donald Trump, en busca de votantes por la presidencia de los Estados Unidos. A pesar de la dureza de cada uno, apostaron a quién espantaba a más, lo cual logró con éxito el ricachón, claro ganador del debate.
Para lograrlo asimiló callado los alevosos puntapiés que su contrincante le dio en la espinilla, como hacen las esposas en los restaurantes y ella practicó cuando su marido salpicó las paredes de la Casa Blanca con las pruebas de aptitud que hizo a una joven aprendiz. Trump aireó la historia solo para mantener en secreto su plan de gobierno, no sea que lo copien Timochenko o Iván Márquez.
El republicano también minimizó lo que se habla de su inexistente misoginia, dejando galantemente en el aire el rumor de sus visitas a los camerinos de las aspirantes a Miss Universo para verlas desnudas, incluida Alicia Machado. Así cualquiera es débil.
Por el contrario, tanto le gustan las féminas que en un video aceptó que pudo violar algunas y hasta su propia hija le parece “muy voluptuosa”. Para no ser imputado se refirió a todas en términos soeces. Luego se supo que lo suplantó un actor durante los ensayos de una telenovela sobre el magnate, cuyos derechos disputan RCN y Caracol para proseguir con sus sagas de personajes ejemplares como Pablo Escobar y Diomedes Díaz.
Don desvió las consejas con una frase lapidaria: Bill Clinton es el “peor abusador de mujeres de toda la historia”. Pero los pérfidos demócratas salieron a decir que lo que éste hace con sus encantos, aquel lo hace con su arma favorita, quizás la única: la lengua.
Así las encuestas favorezcan a Hillary, ganará Trump porque representa a millones de conciudadanos que creen que el resto del mundo es Vietnam, y Siria, Iraq y Afganistán son sus barrios más peligrosos. Esperan que invada la Antártida para destruir bases desde las cuales espían la contaminación atmosférica provocada por los EE.UU., y sueñan con verlo entrar en Buckingham vestido con camisa de chalís estampada con palmeras de Hawái, mientras Isabel se arrodilla para recibirlo. Es su papel de mujer, por muy cucha que esté.
También aguardan una reforma educativa que incluya la instalación de polígonos en escuelas y universidades, y otorgue becas a quienes abatan más latinos, musulmanes y negros. Así pondrá fin a tiroteos indiscriminados contra víctimas estadounidenses, aunque sean demócratas.
Donald Trump se preparó para ser presidente: estudió diplomacia, etiqueta y relaciones públicas. Hizo propias la prudencia y profundidad de los discursos de Maduro; las ideas igualitarias de Hitler; la tolerancia política de Stalin; la ginecofilia del Vaticano; la sagacidad e ilustración de Pastrana; la transparencia de Samper; la ecuanimidad de Rafael Correa y la didaxis de la campaña por el No. Él apenas aportó un dinerito, y para que no se piense que es mucho, ocultó la declaración de impuestos.
¡Lástima que no sea caldense! Sin pensar lo elegiríamos gobernador y Arturo se identificaría tanto con él, que le permitiría terminar el periodo.
* * *
En septiembre 26 dejó este mundo Carlos Arturo Lince Gil, personaje inolvidable de la radio manizaleña. Era dueño de agradable voz natural, ni estridente ni opaca; ni fuerte ni débil, que manejaba con claridad, ecuanimidad y prudencia, y lenguaje elegante, transmitiendo en sus oyentes una sensación de serenidad y permitiéndoles disfrutar de lo que escuchaban.
Tuve la fortuna de compartir micrófonos con él en Radio Manizales, cuando esta emisora mandaba en sintonía en los años 80. Estuvimos en transmisiones de fútbol, feriales y en ocasiones en las de un programa de caza de talentos que dirigía el desaparecido Fernando Torres Trujillo. También intentamos establecer un programa de música antañona, por el mero placer de programarlo, el cual pronto desapareció. En su segunda tentativa, ya en solitario, deleitó durante mucho tiempo a la audiencia con una música que quizás desaparezca de la radio con su partida.
Paz en la tumba al grato compañero de labores. Quedan pocos como él en la radio local. Hoy imperan todos los que en otros tiempos jamás hubieran pisado una estación radial.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015