Álvaro Gartner


Un toro fue apuñalado y ultimado a patadas, golpes y pedradas durante una corraleja en Turbaco, departamento de Bolívar. Quienes ejecutaron el brutal acto fueron 15 tipos, no todo el pueblo.
Días después, en las corralejas de Buenavista, Sucre, cuando un toro corneó un caballo, otros 15 sujetos descuartizaron vivo el animal ante el público. Es decir, los agresores fueron solo los primeros.
Estos son actos criminales cuyos autores deben ser condenados por la justicia… si por fin se sabe dónde está. Pero desde las más fanáticas asociaciones defensoras de animales, cuya única relación con lo que defienden es su irracionalidad, pidieron al Congreso prohibir las corralejas y las corridas de toros para acabar con esos actos violentos.
No les importa si a quienes mataron el toro y el caballo les hacen o no pagar su vandalismo. Les tiene sin cuidado si el día de mañana asesinan a una señora que cae en la calle. Si sucede, las suyas no se escucharán entre las voces de protesta.
Lo mismo, si hay un niño con hambre o enfermo, no se les mueve la aguja. Pero vean un chandoso callejero y ahí mismo resultan donantes y tutelantes. Y ay del que ose denunciar que las crecientes y dañinas bandadas de palomas contagian enfermedades respiratorias: ese es enemigo de la naturaleza.
Cierto es que no todos los defensores de animales son hirsutos. Pero como no vociferan, no se sienten. Y así, la sociedad entera queda a merced de los extremistas, que para imponerse no desdeñan apelar a ciertas violencias, siempre y cuando sean contra sus congéneres, no contra otras especies.
Ignoran que desde los albores de la humanidad hubo culto al toro y en todas las culturas antiguas hubo deidades táuricas: el Buey Apis egipcio, el Minotauro de Creta, Neptuno Taurus, Baco Taurófago, Mitra Tauróctono, entre muchos. En el Antiguo Testamento los cuernos de res significan gloria, poder, dominio, fuerza espiritual y la salud que Dios concede al hombre.
Ese culto conllevó rituales cruentos: durante las taurocatapsias de Tesalia jinetes cabalgaban detrás de toros para derribarlos. En las taurocolías romanas ponían a pelear toros y luego los sacrificaban. En los taurobolios cretenses los hombres desgarraban con los dientes un toro vivo, para adquirir su fuerza y fiereza.
El rito táurico de hoy es la corrida de toros, que comparada con sus ancestros, es muchísimo menos violenta. En ella el animal conserva su carácter sagrado y se le rinde culto cuando con su nobleza y fiereza permite el lucimiento del torero y el deleite estético.
También las corralejas que derivan de los juegos de toros y cañas introducidos por los españoles en el siglo XVI. En ellas se establece una relación lúdica con lares al tratar de acercarse para recibir sus energías.
Y las vacalocas embisten a la colectividad para transmitir las energías positivas del toro, así éste sea un armazón de esterilla. No faltarán antitaurinos que protestarán contra el maltrato a las vacalocas…
Como se ve, el problema no está en los festejos sino en la delincuencia de unos festejantes. En el caso de las corralejas es un problema de vieja data, pues los ganaderos deben dar dinero a manteros que amenazan con apuñalar el toro si no les pagan. Eso es lo que deben erradicar las autoridades.
Y en Manizales que no se confíen y crean que tan condenables episodios son cosa de corronchos ‘peídos’. Los fundamentalistas zoólatras meten en el mismo costal corridas, corralejas, toreo popular, criminales y hasta la historia, en su obsesión por determinar los gustos colectivos y dictaminar qué es cultura.
Con un solo Petro que surja en el Congreso para acolitarlos, no habrá burladero que valga.
***
In memoriam. El lunes partió hacia la luz Germán Patiño Ossa, vallecaucano con raíces en Manzanares y Pensilvania. Autor del delicioso libro Fogón de negros sobre cocinas populares y fundador del Festival ‘Petronio Álvarez’ de música del Pacífico. Uno de los pocos, entre las muy escasas cabezas pensantes que hay en Cali, que tenía claro que lo de la tal cultura de la salsa es una mentira descomunal y que la capital del Valle es muchísimo más que salsa.
Paz en su tumba y queden en la memoria las deliciosas tertulias que tuvimos sobre culturas populares.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015