Con frecuencia el columnista desespera ante la hoja en blanco, sin hallar qué decir sobre algo que otros no hayan pontificado. Pero hay días con tanto por comentar, que escoge el tema más flojo y luego lamenta durante meses haber dejado pasar los otros. Como hoy es uno de esos días, para ahorrar lamentos futuros, trataré de cuatro temas:

En su leído comentario del pasado domingo, el veterano periodista Orlando Cadavid escribió sobre "una desgracia musical llamada Sayco", entidad que considera "como un cartel que representa una desgracia de casi todos sus afiliados limpios". Desgranó un rosario de irregularidades y aberraciones que ocurren allá, los cuales van desde la amenaza de cárcel a tenderos "de barrio que se niegan a pagar un impuesto por el simple hecho de tener encendido o apagado un pequeño radio que le hace compañía en el ‘chuzo", hasta denuncias de la dueña de "un negocito en Girardot" que debió cerrar porque "los de Sayco me cobraban mucho y me extorsionaban sexualmente". Sin dejar por fuera el caso común de quien cobra regalías sin merecerlas, como es el del "fulano radicado en una población cercana a Bogotá" que usufructúa los derechos del pasodoble ‘Feria de Manizales’.

Por haber pertenecido a la organización del Festival del Bolero de Cali y sido su presentador hace unos años, fui testigo de los métodos cuasi extorsivos de cobro por parte de esa entidad. En ese entonces, también se hablaba de cómo al terminar una procesión de Semana Santa en Yumbo, Valle, los de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia le cayeron al párroco a cobrarle derechos de autor por unos cánticos que la multitud había entonado.

En Sayco no importa si un tema musical es del folclor o de dominio público: también exigió cuota a los organizadores de un concierto con obras de Mozart, y cuando estos argumentaron no tener por qué pagarla, pues el compositor había muerto hacía más de 200 años, el cobrador exigió: "Deben adjuntar la partida de defunción". (La arrogancia es expresión de la ignorancia).

Los grandes beneficiarios de los casi $60.000 millones que cada año recauda tal sociedad fueron dos personajes queridos y admirados en Colombia, cuya honradez se cuestionaba ‘sotto voce’. Hasta se decía que cuando un tema sonaba cerca de uno de ellos, alguien preguntaba: "¿Esa canción es suya, maestro?". Y el aludido respondía: "Todavía no".

Las cosas parecen empezar a cambiar: hace tres semanas el compositor Antonio del Villar logró que un juzgado en Bogotá embargara la sede de Sayco y sus cuentas en seis bancos, pues desde hace más de 30 años cobra derechos por cinco canciones suyas, pero el artista no ha recibido un peso. En la entidad dicen que no está afiliado. Entonces no tendría porqué cobrar. O pagar, decentemente.

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2. En días pasados, Efraím Osorio López dijo en su leída y temida columna que una frase mía, aparecida en una Cuartilla sobre el campo de concentración de Dachau, lo puso a cavilar: "…Y, sobre todo, de la cuádruple capilla para sendas religiones…". Como ‘cavilar’ es anagrama (y eufemismo) de ‘vacilar’, no noté muy seguro al cazagazapos, quien sugirió que en lugar de ‘cuádruple’ debí escribir ‘cuatro’.

Confieso que también vacilé ante esa forma, pero la dejé ir. Al leer la observación de don Efraím, quien no se atrevió a tacharla de incorrecta, caí en la cuenta de que es, por lo menos, redundante. Gracias.

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Con Rodolfo Martínez Tono el Sena alcanzó altas cotas de eficiencia. Bien podría escribirse un libro para contar todo el bien que en su mandato la entidad hizo al país. Dejó un hijo sobre quien podría redactarse otro texto para contar todo el mal que hace a El País.

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La Fiscalía investiga al Once Caldas por posible lavado de activos. El equipo es, hasta ahora, uno de los dos de fútbol profesional en Colombia adonde no entraron dineros del narcotráfico. Como para la época objeto de investigación el Once tenía muchos dueños por ser corporación, deberían investigar mejor a quienes figuraban como sus directivos.

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En la Fiscalía escarban donde podría no haber nada, pero se desentienden donde la irregularidad es evidente. Tal vez por eso garbatean en un equipo con pasado limpio, pero Sayco no es digna de atención.