El expresidente de la Cámara de Representantes y congresista caldense Hernán Penagos Giraldo, al final de su mandato el 16 de julio pasado, pocos días antes de entregar la presidencia de la Cámara, creó, juntamente con la mesa directiva de esa corporación, una comisión accidental de una gran importancia para el país. Se trata de la Comisión de "Desafíos del futuro", que busca estudiar los retos e inquietudes sobre el rezago en ciencia, tecnología e innovación que vive el país. Este es uno de los aspectos críticos que mayor incidencia tiene en nuestro rezago en competitividad mundial, y que si logramos acertar en las políticas para potenciarlos lograremos cambiar la historia del país. Corea, que estaba en el momento en que se inició el proceso muy por debajo de los estándares colombianos, lo hizo en 30 años y hoy tiene indicadores aún por encima de muchos países llamados desarrollados. Es decir, la tarea se puede hacer siempre y cuando tengamos una política acertada y una voluntad de implementarla.

Esta comisión es de la mayor importancia en este momento, por varias razones: de una parte, se está tramitando en el Senado una iniciativa de reforma constitucional en la que se regulan los dineros de regalías. Por otra parte, se están evidenciando múltiples problemas a lo largo y ancho de la geografía nacional en la ejecución de los proyectos de regalías que están destinados supuestamente para ciencia, tecnología e innovación. A su vez, las universidades y centros de investigación del país que cuentan con talentos para hacer investigación están desfinanciados. Finalmente, estamos en un contexto mundial en el que si no nos movemos rápidamente, perderemos dramáticamente competitividad para nuestra inserción en los mercados internacionales.

En esta comisión del legislativo, cuya integración plantea además la presencia de sectores universitarios y gubernamentales, sería bueno incluir a representantes de la empresa privada, pues puede ser el espacio privilegiado para que se debata en forma profunda, técnica y serena el tema con todos los actores interesados. Y, así, sus conclusiones podrán iluminar las reformas al sistema de regalías en lo que respecta a la ciencia, tecnología e innovación. Es, pues, urgente la convocatoria de esta comisión.

Si no se toman correctivos rápidos y profundos a la actual política de ciencia, tecnología e innovación seguiremos rezagándonos en el contexto mundial. Seguiremos impidiendo que la generación del conocimiento de los talentos que tenemos en el país se ponga al servicio de la solución de nuestros problemas. No es un asunto menor. Es un tema de política de Estado fundamental. Es la búsqueda de actuar sobre los graves problemas del país. En fin, es de inmensa responsabilidad social.

La Comisión de los Desafíos del Futuro no debe ser "accidental", sino un espacio de reflexión permanente sobre cómo diseñar una política de largo plazo y cómo financiarla para dar el salto en investigación, tecnología e innovación que el país requiere.