Luis F. Gómez


Amigos de Luis Alfonso Hoyos me han hecho llegar el libro de Plinio Apuleyo Mendoza, Cárcel o Exilio, mirada crítica a la sombría realidad de la justicia en Colombia de reciente publicación. Entre los casos emblemáticos de injusticia de la justicia presenta el caso del excongresista y exembajador caldense, Luis Alfonso Hoyos Aristizábal. Indico que he sido siempre un gran admirador de este servidor público y que me ha dolido mucho todo lo que le ha ocurrido en su carrera, pues sé de su profundidad y coherencia de valores.
El escritor hace una crítica muy fuerte del sistema judicial, donde analiza la manera como se ha vuelto clientelista, de las fallas por las que han dejado impunes grandes casos como el de las pirámides, eps que sirvieron de bolsillo de unos cuantos, o de los comisionistas de bolsa que asaltaron por medio de refinados esquemas de inversión. Igualmente enumera uno a uno casos de enjuiciamiento equivocado que el sistema judicial ha tenido que reconocer luego de posteriores investigaciones. Y hace una defensa de muchos exfuncionarios del gobierno del expresidente Uribe, entre ellos Luis Alfonso.
En esta misma columna le pedía ya hace varios meses a Luis Alfonso Hoyos que volviera a Colombia y se defendiera. Que muchos conocíamos de cerca su trayectoria y valores y que teníamos la convicción de su inocencia. Pues bien, Hoyos se quedó en el exterior y allí sigue. Y en el país se le juzga como reo ausente.
Apuleyo Mendoza en su libro explica el dilema: “si tuviésemos una justicia confiable, todos los cargos basados en el tal testimonio (del hacker Andrés Sepúlveda) podrían ser rebatidos con facilidad. Son infundios que un juez, examinándolos con rigor y honestidad, los encontraría deleznables. Pero después de lo ocurrido con otros personajes muy cercanos a Uribe, nada hacía pensar a Luis Alfonso que tendría un juicio justo. De ahí que, presintiendo el probable y terrible final de esta amarga pesadilla, él y su familia no hubiesen tenido otra opción que la de haber tomado el camino del exilio”.
Qué bueno sería que en el marco del mismo ambiente del proceso de paz, pudiéramos reconciliarnos los colombianos y en particular integrar a muchos funcionarios que le sirvieron al país como Hoyos. Y que puedan demostrar su inocencia y que sientan que cuentan con las condiciones necesarias para hacerlo. No es bueno juzgar a estos funcionarios como reos ausentes, no es bueno que quede ese manto de duda sobre la idoneidad de los procesos. Esta es una herida que no debemos dejar entre los colombianos. Pensemos en una veeduría especial de carácter internacional para esos procesos. Que haya total tranquilidad para la sociedad de que allí no hay gatos encerrados. Pensemos en alguna fórmula para que no dejemos este “pendiente” en nuestra historia político-judicial.
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