Algunas reacciones contra la Ministra de Educación, Gina Parody, han sido desmesuradas, groseras, excluyentes, injustas y manipuladas. La controversia que se ha generado sobre los Manuales de Convivencia y la educación sexual en el país es bastante interesante y es bueno que el país dé estas discusiones no solo en la calle, pues si bien nos parece interesante la expresión pública masiva como forma de participación política, también es necesario que se den conversaciones en recintos donde los especialistas hablen, discutan y se oigan. 
Creo que es necesario hacer varias puntualizaciones. Primero que todo fue la Corte Constitucional quien en sentencia del año 2015 le ordenó al Ministerio de Educación incluir ciertos temas de identidad de género dentro de la formación sexual a nivel escolar. Además, el país ha vivido casos emblemáticos de matoneo por cuestiones de identidad sexual de los alumnos. Igualmente, en decisiones judiciales se ha hecho énfasis en la necesidad de asegurar espacios de inclusión y respeto de la diversidad en los planteles escolares. Como asesor espiritual he conocido muchos casos y he podido calibrar los grandes sufrimientos de muchos jóvenes por causa de su identidad sexual y la poca tolerancia de sus compañeros y aún de sus maestros. Aquí estamos frente a un hecho tremendamente doloroso generado por la intolerancia. En segundo lugar, es necesario aceptar que un Ministerio de Educación debe salvaguardar las disposiciones constitucionales, legales y las órdenes judiciales. En este orden de ideas ello es lo que podríamos llamar los mínimos éticos. Ya la ética de máximos, que tienen distintos orígenes, como por el ejemplo, el ideológico o el de fe, corresponden agenciarlos más a los grupos respectivos. Así, se debe tener muy clara la órbita del Ministerio.
Lanzarse en ataque de forma grosera, con mentiras, con miedos y prejuicios, y con informaciones a medias, es lamentable. No es bueno. Es muestra de intolerancia, que impide que se hagan construcciones comunes en el país. Es obvio que sobre algunos temas no hay unanimidad en el país, hay distintas formas de análisis, y en estos casos hay que dialogar. Hay que invertir tiempo y paciencia oyéndonos todos. Observando los puntos comunes y las verdaderas diferencias. Buscando consensos. Construyendo creativamente escenarios posibles. Pero también tomando consciencia de nuestro ordenamiento jurídico y de la libertad personal. Creemos que con un diálogo abierto, profundo por parte de los conocedores del tema, seguramente podremos buscar salidas a este enfrentamiento. 
El Ministerio de Educación en los últimos años está logrando dinamizar la educación en el país para que lleguemos, o por lo menos nos acerquemos bastante, a ser el país más educado de América Latina. Se ha logrado ubicar el tema de la educación como prioridad en la agenda nacional. El presupuesto destinado a educación viene en ascenso. Cientos de profesores escolares están haciendo maestrías en educación. Más de 20 mil jóvenes de los estratos socio económicos más bajos, que difícilmente habrían llegado a la Universidad, están actualmente matriculados en universidades acreditadas gracias al programa Ser Pilo Paga. Y esto es lo más importante. La jornada única para los colegios comienza a ser una realidad y se espera que se logre su cobertura pronto. Los indicadores, con todas las limitaciones que se tienen, están permitiendo que información objetiva esté al alcance de todos los actores sociales sobre las universidades y colegios, que además permiten a las instituciones generar procesos de mejora focalizados. Los establecimientos educativos han tenido líneas de crédito preferente para sus inversiones en infraestructura y para la formación doctoral. Estamos frente una verdadera revolución educativa que se está tomando el país para bien de la inclusión, calidad y cobertura. Que le inyectará a nuestra Colombia una excelente movilidad social. Y mucho de todo esto se ha realizado durante la gestión de la ministra Parody.
Ante las dificultades que se han presentado sobre interpretaciones y formas de ver ciertas realidades, es muy necesario que el Ministerio, con la ayuda de muchos de los actores, abra espacios de discusión, concertación y de información cualificados, para que todos nos sintamos tranquilos con el norte que deseamos para la educación de las nuevas generaciones, dentro de las exigencias de nuestro ordenamiento jurídico.