Los grandes desafíos de fondo de la educación superior en Colombia y las apuestas concretas del Gobierno quedaron sobre el tapete en el encuentro de la ministra de Educación Nacional, Gina Parodi, y la viceministra Natalia Ramírez, con los rectores de universidades públicas y privadas reunidos en la Ascun. En este tema se está jugando en buena parte el surgimiento del nuevo país. 
El reto más grande es formar ciudadanos para la transformación del país vía la movilidad social que produce la educación. Y para ello se requiere aumentar drásticamente los cupos en la educación superior, siendo muy concretos sobre el asunto, se trata sencillamente de doblar los cupos actuales en menos de 10 años. Pero no se trata de cualquier cupo, sino cupos con calidad. Este es el reto operativo más grande. Con el programa de Pilos habrá en el país un incremento de la oferta de cupos. Pero para que se pueda dar este crecimiento tan fuerte es indispensable pensar muy a fondo la estrategia de formación de doctores. Para que las universidades sean de calidad tienen que tener doctores investigando y la proporción de doctores en el país es muy baja con relación a los estándares de los países desarrollados y aún de muchos de América Latina. Debemos aumentar sustancialmente el número de profesores con título de doctorado. Por ello, aparece también el reto de cómo financiar estos estudios. 
De otra parte, están los problemas para financiar la investigación en las universidades, en este sentido la ministra anunció que se está estudiando la posibilidad de unas nuevas fuentes de investigación que complementen los exiguos recursos de Colciencias. De otra parte, es necesario hacer una evaluación muy profunda de los recursos de regalías que en el primer mandato del presidente Santos se destinaron para Ciencia, Tecnología e Investigación. Lastimosamente no pocos dineros destinados a este fin se quedaron en el camino. 
Otro aspecto capital es el de la financiación de matrículas para los estratos 1, 2 y 3, para asegurar que lo financiero no se convierta en obstáculo para los estudios superiores. Y a este respecto es fundamental recordar que entre más amplio sea el plazo de pago es más efectivo el estímulo. Aquí el Icetex ha hecho importantes e interesantes esfuerzos, pero seguramente habrá que complementarlos. Solo con una buena, generosa y fácil financiación es que se va a lograr reducir la exclusión educativa. 
Un punto que salió a flote fue el de las pruebas Saber, que no pueden absolutizarse y convertirse en un obstáculo para que los estudiantes lleguen a la universidad. Si bien un mejor resultado de la pruebas Saber es un buen predictor de éxitos en los estudios universitarios, tampoco se pueden convertir en la guillotina para los estudiantes, especialmente jóvenes talentosos de las regiones, pero con una mediocre educación secundaria, responsabilidad fallida del mismo Estado. Y donde, más que guillotina, lo que necesitan es un ascensor, es decir, una nivelación de sus competencias para que puedan cursar exitosamente su educación superior. 
Un punto que todavía genera muchas preguntas es el nuevo esquema de lo que se ha llamado el Sistema de Educación Terciaria, prevista en el plan de desarrollo y que tendría dos pilares, la educación profesional (que llegaría hasta maestrías técnicas) y la universitaria que llegaría a doctorado. Seguramente con el tiempo y los desarrollos que se hagan permitirán una mejor comprensión de lo que será esta reorganización del sistema. 
Finalmente, sobre la inspección y vigilancia, todo parece indicar que no se creará la superintendencia, sino que se elevará a división del Ministerio todo lo que tiene que ver con el tema para darle un mayor nivel y estructura. 
El Gobierno Santos está haciendo evidente que la educación es una prioridad, el punto es que el ministro de Hacienda sea crecientemente generoso con los recursos, para abonar este nuevo país que se está gestando.