Una vez en Roma, mientras paseaba por la Plaza Navona, presencié un "insólito" mitin político: Ilona Staller, más conocida como la Cicciolina, una actriz porno famosa por sus hazañas de cama, hacía campaña vestida de blanco, con una rosa roja en la mano y uno de sus senos al aire, por el Partido Radical, para el Senado de la República Italiana.

Efectivamente ganó las elecciones legislativas (si por allá llueve...) y ocupó durante un lustro una curul como diputada del Senado de una nación que había sido gobernada por emperadores y por papas, por Mussolini y Aldo Moro.

En la euforia que rodeaba la "marcha triunfal" fue dañado uno de los "puti" de las fuentes que acompañan la de Gian Lorenzo Bernini, erigida en memoria de los cuatro ríos más importantes del universo barroco del viejo mundo; un seguidor del partido le fracturó el pulgar del pie izquierdo. A partir de allí todo fue confuso, un agitado murmullo de respiraciones entrecortadas, ires y venires de "carabinieri" y de policías, los representantes del Ministerio de Bienes Culturales y la Radio Televisión Italiana, RAI, se hicieron presentes de inmediato, Franco Zeffirelli pidió a las autoridades un castigo corporal para el vándalo, como era usual en la Florencia del siglo XVI cuando se atentaba contra el patrimonio artístico de la ciudad, la gente que se encontraba en el lugar, indignada insultó a los que habían perturbado la voluptuosidad dormida de su cupido barroco.

Lastimaron el orgullo de un pueblo, que se regodea en la historia que lo hizo posible, su identidad, representada esa tarde en la fragilidad de un ángel imberbe, dañado por la imbecilidad de un seguidor de Cicciolina, los puso a rabiar.

Doy fe que así fue, quizás por eso me duele la falta de reacción o la desidia de una ciudadanía y las instituciones que la presiden ante los atentados que viene sufriendo la Catedral neogótica, en concreto armado de la ciudad de Manizales.

Uno de los profesores de taller (diseño arquitectónico) que más impacto tuvo en mi formación profesional, decía que su papel como docente consistía simple y llanamente en enseñarnos a ver; homologando al profesor pienso que el sentido de estos artículos no tiene un objetivo distinto que mostrar la ciudad en que vivimos, su patrimonio y sus posibilidades de futuro; y es que muchas de las personas alertadas por un artículo anterior, La Plaza de Bolívar de Manizales, según lo han "confesado", ni siquiera han visto cómo se desfiguraron las esculturas de la Catedral, donde se tergiversó casi de manera irreversible la esencia del material, ni tampoco por supuesto, la riqueza ornamental del Centro Histórico.

Vale la pena llamar la atención y exigir un curador calificado para velar por el patrimonio de la ciudad; conocerlo, defenderlo y respetarlo es una de las obligaciones contraídas por los manizaleños cuando nos ufanamos de pertenecer a una sociedad que ha contribuido de manera importante a la construcción del país. La tarea de nuestros antepasados consistió en plantar la semilla del porvenir, ese fue su esfuerzo y su legado y ese también fue el activo patrimonial que nos dejaron para construir el futuro.

PD: "La ciudad está devastada", dijo el alcalde de Roma, dolido, luego de los incidentes ocurridos el 19 de febrero de este año donde hinchas holandeses del Feyenoord violentaron la Barcaza de Bernini ubicada en la Plaza España.

Beatriz Gómez Sánchez está haciendo en Facebook una reflexión, ilustrada con bellísimas fotografías, sobre la riqueza arquitectónica del Centro Histórico de Manizales, vale la pena seguirla y aprender de su trabajo.