Carolina Martínez


Cada uno de los estrategas internacionales expertos en marketing político que trabajaron para la campaña de Juanpa, debe estar ahora convencido de que gracias a él ganó las elecciones el candidato-presidente.
Me los imagino vendiéndole sus ideas y enredando más al pobre Juanpa con esa carreta que tienen montada los publicistas para convencer al cliente de que son brillantes; cargados con slogans, estrategias creativas y de comunicación, logos, planificaciones estratégicas, posicionamientos y demás, tratando de persuadirlo de que con su idea todos los colombianos perderíamos la memoria, hasta llegar a olvidar que el vice que lo acompaña es Vargas Lleras. Aunque esa fórmula sí no creo que nadie se la haya aconsejado es probable que precisamente por esto tuvo que venderle su alma al otro diablo, el venezolano J.J. Rendón, quien fue reemplazado durante la campaña por el mexicano-español Antonio Sola, que tampoco es propiamente un santo en lo que a guerra sucia se refiere. También es parte de su equipo el argentino-colombiano Ángel Becassino, el del inolvidable slogan de Bogotá "2.600 metros más cerca de las estrellas" y el controvertido comercial de Santos preguntando a los padres de familia si prestarían a sus hijos para la guerra.
El mismo Juanpa dijo que perdió en la primera vuelta por culpa de la mala comunicación, y eso que por su campaña pasó lo mejor de lo mejor y lo peor de lo peor. Dicen que el señor Sola "llevó a la presidencia" a José María Aznar, a Mariano Rajoy, a Otto Pérez Molina, a Michel Martelli y a Felipe Calderón. En la campaña de Juanpa hizo el comercial de los artistas que votan por la paz, y aunque lo de la mano con la "Paz" escrita lo hizo Petro con el "NO" de la revocatoria, a su hoja de vida se suma ahora que Santos ganó en Colombia porque él asumió las riendas estratégicas de la campaña después de que J.J. renunció. Y lo mismo creen Becassino y el gringo Peter Brodnitz, uno de los estrategas clave de los Clinton.
Todos le hablan al oído a Santos y cada palabrita sale carísima, no sé si a él o a nosotros. Y el hombre cree, lo mismo que nosotros, cuando el estratega funciona. Y uno le dice que el color para identificarlo es el naranja y luego viene el otro y le explica que hay que cambiarlo y escribir su apellido con todos los colores para ser percibido por el elector como un ser que puede unir a todos los sectores contra Uribe. Otro más le dice que no utilice su apellido porque es contraproducente y que solo promocione su nombre y un logo y que opte por la sencillez, a ver si alguien se la cree. Entonces nacen las tres palomitas cargadas de simbolismo y diferentes colores que representan a la Unidad Nacional y rápidamente surgen las dudas y alguno le dice que tanto color no es un mensaje de unidad y que la paloma es muy general para convertirse en un logotipo propio, y así… hasta Doña Mechas.
Les ganó a todos, no en ganancias, claro está, pero Juanpa le debe la presidencia por su virtual y sincero aporte de un minuto y nueve segundos. Ya no importan ni su nombre ni color ni su apellido. Lo que sí importa es la casita, para los pobres y arruinados de este país. Casita baratica para los viejitos como ella que acaba de cumplir 85 años, y paga 200 mil de arriendo en un deprimido barrio en Villavicencio. Se dedica a su pensión, dice, la que obtuvo trabajando como aseadora en la gobernación del Meta. No sabe leer ni escribir, pero habla claro, y una amiga la grabó cuando contaba que su sobrina zurriaguista estaba furiosa -como la loca de las naranjas- porque la hija de ella estaba pasando por el celular unos videos en apoyo a ese otro que es Juanpa, pero como Zurriaga dice que los pobres arruinados como ella si no tienen plata no tienen casa, ella va a votar por Juanpa que sí les da casa a los pobres. Eso sí es hablar concreto, no como "Hemos hecho mucho, falta mucho por hacer" sin mencionar qué es lo que hicieron y qué lo que falta. Empezando porque eso de experto internacional en marketing político ya es un fraude, pues para ser especialista se requiere conocer un nicho de mercado y es imposible ser experto en todos los mercados del mundo. Y ahí está la prueba de que cada país tiene diferentes necesidades de comunicación en cada momento específico: aquí necesitábamos una viejita que le dijera a su sobrina que coma mierda porque es lo que todos queríamos decirle a los otros en esta campaña tan desleal.
A Juanpa le recomiendo, y gratis: primero, dejarse de pendejadas y contratar como asesoras de imagen a doña Mechas y a Liliana González, la amiga que la grabó en el celular; y segundo, que no espere hasta que la viejita forme parte de alguno de los programas de vivienda de su nuevo gobierno porque puede ser demasiado tarde para todos. Las oportunidades de mercado hay que aprovecharlas cuando se presentan. ¡Que le regale casa ya! y si no, que coma lo que le mandó comer doña Mechas a la sobrina.
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