Cristóbal Trujillo Ramírez

"Maestros cuando la palabra deje de ser bella, para ser sincera, cuando el pensamiento vista las galas inmarcesibles de la gratitud, entonces nuestra Patria será grande".
Cuando uno tiene la oportunidad de escuchar o leer este hermoso poema del maestro mexicano Abraham Rivera Sandoval dimensiona aún más la grandeza de la vocación del maestro, redescubre la misión libertaria y emancipadora de la educación, sublima la naturaleza de la escuela y visibiliza la reivindicación de derechos patrios; creo que de los poemas, de las canciones y de todas las artísticas obras que se han dedicado a los maestros, esta es sino la más, una de las mejores obras que han logrado transcribir al papel los latidos del alma de quien realmente siente y vive como maestro; solo un breve fragmento de tan maravilloso poema:
"… Quiero sembrar esperanzas,
Quiero construir anhelos,
Quiero formar una escuela,
Una escuela a los cuatro vientos.
Una escuela de libertad, donde haya luz y cantos nuevos.
Deme permiso papá, que sea un maestrito de pueblo.
Quiero marcar programas justos,
Quiero trazar caminos nuevos,
Deje que siembre la mies,
Deje que propicie el vuelo,
El vuelo de esa águila que parece no tener alas, ni aliento...".
Es la súplica del hijo que clama al papá para que lo deje ser maestro, es el ruego de aquel que tiene en su alma una gran vocación de servicio y de amor a su pueblo, es un profundo cuestionamiento de un maestro sin título para tantos títulos sin maestros; le invito pues amigo lector a que se dé el gusto de escuchar o leer esta maravillosa pieza literaria que honra la memoria del gran maestro Rivera Sandoval.
Repasando este texto me he planteado algunos cuestionamientos que quiero dejar propuestos para que provoquen las discusiones y animen la reflexión:
¿Es actualmente una utopía el perfil del maestro que describe el profesor Rivera Sandoval?
¿Hemos tenido la fortuna de encontrarnos a lo largo de la escuela de nuestra vida con maestritos de pueblo?
¿La formación de maestros que actualmente imparten las Escuelas Normales y las Facultades de Educación, acuñan curricular y disciplinarmente por maestritos de pueblo?
¿Las políticas públicas en educación en nuestro país, fundamentalmente en lo que tienen que ver con la carrera docente, propenden por vincular maestritos de pueblo o ilustres profesionales académicos que vivan de la educación?
Dejo ahí estas reflexiones no sin antes dar gracias a Dios, a la vida, a mi familia y a mis maestros que me han acompañado a gozarme la labor más hermosa y más dignificante que pueda desempeñar un ser humano: Ser Maestrito de Pueblo.
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