LA PATRIA | MANIZALES

¿Por qué tienes esa preocupación que no te ha dejado vivir hoy en paz? El negocio no llegó a buen puerto, recibiste una mala noticia, en fin, el panorama sobre tu futuro se transformó en oscuridad…

Nada fácil asumir estas situaciones que golpean tu existencia. Los sentimientos que experimentas te conducen a la depresión y a la desesperación. Sin embargo, hay una excelente noticia: aunque creas que el Señor no escucha tus plegarias o te imagines que Él no te pone cuidado, te vengo a anunciar que Él sí te oye, te escucha, puede calmar la tormenta que ha llegado a tu vida. Con tu oración puedes ‘despertarlo’ como los discípulos en el evangelio de hoy. Ellos gritaron: “¿Maestro no te importa que nos hundamos?”.

Jesús les dijo: ¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe? La fe es el don más grande que Dios ha sembrado en nuestro ser desde el momento del Bautismo. La fe va madurando en la medida en que vayamos escuchando la Palabra de Dios, viviendo en comunidad y celebrando la Eucaristía. Es como un trípode, al cual, de faltarle una de sus patas, no podría sostenerse. Así es nuestra vida espiritual, necesita el conocimiento de la Biblia, no como quien se acerca para ‘aprender’, sino como quien desea encontrar en ella el secreto de la verdadera felicidad; porque de hecho allí está contenido.

En la primera lectura aparece Job, quien en su vida sufrió el ataque del enemigo y su engaño, perdiendo todas las cosas materiales y su salud. Muchos alrededor le imprecaban para que maldijera a Dios a causa de sus males. Él, por el contrario, llegó a bendecir a Dios por sus males, viendo en ellos no una maldición, sino una bendición. Dios mismo le hace caer en cuenta de su poder para calmar las tormentas de la vida.

Sólo dejándonos romper la arrogancia de nuestras olas, podremos adquirir la fe, aquella que dará sentido a toda nuestra existencia y de modo particular a los sufrimientos de nuestra vida. Digamos juntos en oración en estos instantes: ¡Señor aumenta nuestra fe!

Miembro del Equipo de Formadores en el

Seminario Mayor de Manizales