Daniel Gómez Gaviria


Frecuentemente escuchamos que los países industrializados recurrieron al proteccionismo para llegar donde están. Sin embargo, si revisamos el periodo de mayor desarrollo industrial de los hoy países desarrollados, encontramos que ha sido uno de los periodos de mayor liberalismo económico, incluida la libre movilidad de mercancías, personas y capitales. Adicionalmente, ha sido uno de los más pacíficos de la historia moderna; entre las guerras Napoleónicas y las guerras mundiales del siglo XX, no hubo grandes guerras en el mundo occidental y la política económica de la época tuvo bastante que ver. Países con vínculos económicos pierden más durante guerras, lo cual desincentiva el conflicto.
El proceso de industrialización en el Reino Unido, en particular, estuvo acompañado del desmonte de medidas proteccionistas, y, en particular, las protecciones agrícolas. Richard Cobden y John Bright, se destacan entre los promotores de la abolición de las famosas "Corn Laws," las leyes arancelarias sobre cereales. Cobden y Bright crearon la liga para la abolición de los aranceles sobre cereales y emprendieron una gran campaña enfatizando tanto los efectos económicos de las medidas proteccionistas en el sector agro como las implicaciones morales. Este último punto fue particularmente importante en la campaña que llevó a las políticas de libre comercio que impulsaron la industrialización.
Cobden y Bright hicieron campaña mostrando cómo la protección de un producto agrícola particular favorecía a los productores, pero aumentaba los precios para todos los consumidores. La suma de aranceles que aumentaban el precio de la producción agrícola británica resultaba entonces en un aumento generalizado en el precio de los alimentos. La protección creaba rentas que se manifestaban en aumentos en el precio de la tierra.
El ejemplo de los "Corn Laws" ilustra la economía política de la política comercial. Los terratenientes, principales beneficiarios de los aranceles agrícolas, eran una clase social tradicional sobrerrepresentada en el parlamento. Los nuevos industrialistas y la clase trabajadora urbana, que pagaban precios altos por los alimentos, estaban subrepresentados. Los aranceles agrícolas limitaban la posibilidad de crecimiento de la naciente industria haciendo más difícil la migración de trabajadores hacia los centros urbanos y eliminando mercados para los nuevos productos industriales. Esta transferencia de rentas era posible gracias al poder político de la clase terrateniente.
El movimiento de Cobden y Bright se enfrentó a estos intereses arraigados. Su campaña era una campaña a favor de la clase trabajadora urbana y del sector industrial. Una campaña por la liberalización del sector agrícola que resultara en alimentos más baratos. La fibra moral que tocaron fue poderosa. Y los resultados de la eliminación de los aranceles agrícolas fueron espectaculares: el aumento del comercio, la reducción del precio de los alimentos y un impulso inigualable a la industrialización. No fue el proteccionismo el que impulsó a la industria. Fue el libre comercio.
Disyuntivas similares enfrentamos actualmente. El sector agrícola es de los más protegidos y de los menos productivos de la economía colombiana. Las rentas son apropiadas por terratenientes. Los precios altos afectan la competitividad de toda la cadena agroindustrial. Se buscan los Cobden y Bright colombianos.
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